El general Navarro admite errores en la entrega de los cuerpos, pero no en la identificación
- El general atribuye a las autoridades turcas problemas con la gestión de los cuerpos
- Están acusados el general de Sanidad Vicente Navarro y dos de sus subalternos
- Se les imputa la identificación errónea de 30 de las 62 víctimas del accidente
- Los familiares de los afectados reivindican la presencia de Trillo y Aznar como testigos
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El principal acusado del caso Yak-42 por la identificación errónea de 30 de los 62 cadáveres, el general de Sanidad Vicente Navarro, ha reconocido que es "evidente" que hubo errores en la entrega de los cadáveres, pero no en su identificación, que ha defendido que sí hizo bien. No obstante, ha afirmado que no achaca "a nadie" el factor principal de ese error.
Vicente Navarro es el principal acusado en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional, junto con dos de sus subalternos, el comandante médico José Ramírez y el capitán médico Miguel Sáez, como presuntos responsables de los errores en la identificación de 30 de las 62 víctimas del accidente aéreo del Yak-42.
Navarro, con experiencia en otras catástrofes de este tipo, ha hablado de una "concatenación de factores" que pueden haber conducido al error, aunque ha afirmado que "llevo seis años preguntándomelo y no me lo explico", aunque ha atribuido a las autoridades y forenses turcos problemas con la gestión de los cadáveres.
En este sentido, ha querido aclarar que hubo dos equipos trabajando en la identificación y repatriación de los cadáveres, uno español, dirigido por él, y otro turco. Así, ha señalado que "pudieron haber bailado los números de mis listas", en referencia a los cuerpos identificados por él, y ha afirmado que, por parte turca, "hubo muchas manipulaciones, cambios de sacos [de los cuerpos] y cambios de números".
"Me puedo equivocar como cualquier ser humano. Los generales también se equivocan", ha afirmado Navarro, quien ha apuntado que "no hay ningún general infalible y sabiéndolo todo".
Además, Navarro ha asegurado que desconocía que en el acta que le entregaron las autoridades turcas para la entrega de cuerpos y que él firmó, escrita en turco, ponía que había cadáveres sin identificar, "porque nadie nos leyó esa parte".
El general ha afirmado que se "sorprendió" cuando, dos meses después, descubrió que en el acta turca ponía eso, después de insistir durante toda su declaración que la comunicación con las autoridades turcas fue prácticamente imposible porque no había intérpretes y los turcos no hablaban ni inglés ni francés.
Navarro, que ha dicho que fue comandado por el ex ministro de Defensa Federico Trillo para repatriar los cuerpos dada su experiencia, también ha denunciado el "trasiego" de bolsas de cadáveres por parte de las autoridades turcas y un "baile de números" en lo que se refiere al número de cuerpos. Ha aclardo que Trillo le encargó repatriar los cuerpos, pero no traerlos identificados.
Identificación de los cuerpos
El general de Sanidad ha declarado que una primera identificación de los cuerpos, de un total de 75 bolsas de cadáveres, fue relativamente fácil, ya que descartaron aquellos cadáveres que claramente no eran de españoles, por los uniformes que portaban, y también los de mujeres, y que corresponderían a las víctimas ucranianas.
Después, "en una segunda vuelta" de identificación de los cuerpos, el general utilizó la lista de carga del avión -en la que figuraban los viajeros- y también se basó en las uniformidades y placas que portaban los militares, además de que conocía personalmente a algunos de los fallecidos. También utilizó el "método de exclusión", para identificar aquellos cadáveres con los que no podía usar los otros métodos.
De esta forma, Navarro aseguró que pudo hacer la identificación de los cuerpos, a los que se les había asignado originariamente un número por parte de las autoridades turcas.
El acusado ha afirmado que llevaban el equipo pertinente, pero no tomaron muestras de los cadáveres "porque no nos dejaron" las autoridades turcas, si bien consideró que "no era necesario" el tomar esas muestras porque los cuerpos "eran identificables".
En su declaración, el general Navarro ha asegurado que en ningún momento manipularon los cadáveres en el traslado de las cámaras a la lonja para la identificación de los cuerpos, sino que esto lo hicieron funcionarios turcos.
Antes de la declaración de Navarro, el tribunal de la Audiencia Nacional ha rechazado la petición de los familiares de las víctimas del Yak-42 de que comparezcan como testigos los responsables políticos del momento en el que ocurrieron los hechos, el ex ministro de Defensa Federico Trillo y del ex presidente José María Aznar.
Peticiones de pena
El fiscal solicita cinco años de prisión para el general Navarro y cuatro años y medio de cárcel para sus subalternos Ramírez y Sáez. Los familiares de las víctimas piden penas de entre tres y seis años de cárcel para los militares.
Todos ellos están acusados de un delito continuado de falsificación en documento oficial por haber faltado a la verdad cuando atribuyeron a 30 víctimas del accidente aéreo una filiación que no era la suya.
Navarro, Ramírez y Sáez fueron los militares que integraron el equipo médico que llevó a cabo la identificación de los cadáveres y que emitió los correspondientes certificados de defunción tras el accidente del Yak-42.
Para el general Navarro, la Fiscalía solicita, además, una multa de 30.000 euros y la inhabilitación especial por un periodo de cinco años, mientras que para Ramírez y Sáez pide una multa de 24.000 euros e inhabilitación de cuatro años.
El accidente del Yak-42 tuvo lugar el 26 de mayo de 2003 en Trebisonda (Turquía) y en él murieron 62 militares españoles que regresaban a España tras cuatro meses y medio destinados en Afganistán, así como 12 tripulantes ucranianos y un ciudadano bielorruso. Fue la mayor tragedia militar de la historia de España en tiempos de paz.