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Obama: "No hay balas de plata", pero "vamos en la buena dirección"

  • El Presidente asegura que se empiezan a ver signos de progreso en la economía
  • Obama pide paciencia y advierte que no hay panaceas para salir de la crisis
  • La misma receta en política internacional: no espera cambios de golpe
  • De cara al G-20, espera coordinación para reactivar la economía y evitar los riesgos
  • Obama advierte que es un error demonizar a los inversores

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Obama pide paciencia

Obama lleva 64 días dedicados por entero a la economía. En su segunda rueda de prensa, ha asegurado que "no hay balas de plata" -las que se utilizan para matar al hombre lobo y que en inglés se puede traducir también por panacea-, llevará tiempo. Pero cree que hay que persistir en las medidas tomadas porque "van en la buena dirección" y está seguro de que nos recuperaremos: "empiezan a verse señales de progreso".

Y no sólo de puertas adentro: "las perspectivas en la economía global son muy sólidas". Considera que la reacción internacional al trabajo de su administración muestra que se ha recuperado un cierto nivel de confianza en los Estados Unidos.

El Presidente ha defendido su presupuesto. La idea más crítica es evitar el ciclo perverso de burbujas y estallidos para no volver a caer en una crisis similar dentro de 10 ó 20 años. Para ello, las prioridades son reducir el coste de la sanidad, apostar por las energías renovables, invertir en educación e infraestructuras y reducir progresivamente el déficit. "Si no hacemos esto, no creceremos ni el 2,6% que prevé el Gobierno, ni el 2,2% que augura el Congreso. Simplemente, no creceremos".

La misma receta en casa que fuera

Obama ha defendido la misma receta doméstica para lidiar con los problemas internacionales. Persistir en el diálogo y la negociación. No esperaba que Irán abandonara de golpe su programa nuclear y dejara de financiar el terrorismo tras el mensaje que envió al régimen de Teherán. Tampoco cree que la paz llegue de inmediato a Oriente Próximo. "Hay que insistir". Meses. Años. No es fácil pero es necesario. De momento: "esperar y ver".

Asegura que no ha pedido nada a ningún gobierno europeo de cara a la cumbre del G-20, desmintiendo que considere insuficientes los planes de estímulo al otro lado del Atlántico. "Están haciendo esfuerzos extraordinarios". Cree que los objetivos de la próxima cumbre de Londres deben ser tres: hacer lo necesario para crear empleo y reactivar la economía, evitar el proteccionismo y cambiar las reglas para acabar con los riesgos que ponen en peligro todo el sistema financiero.

Un dólar fuerte. Una autoridad fuerte

Obama ha insistido en la petición de su secretario del Tesoro este martes en el Congreso. El Gobierno necesita más autoridad y herramientas para lidiar con empresas que no son bancos pero cuya caída puede arrastrar a todo el sistema financiero. "El problema de AIG ha empeorado porque no existía esa autoridad, la necesitamos para renegociar los contratos, deshacernos de los activos malos y vender los buenos".

Pero el Presidente ha rebajado el tono en contra de los ejecutivos de Wall Street. Aunque está tan enfadado como cualquiera a cuenta de las primas, advierte que "es un error demonizar a los inversores".

También en clave económica, el Presidente considera que el dólar está fuerte por una sencilla razón: "los inversores consideran que la economía de Estados Unidos es la más fuerte del mundo y su sistema político el más estable". No es una opinión personal. Es el juicio del mercado, dice.