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Una bomba de ETA estalla en el chalé del dueño de Astilleros Murueta sin causar heridos

  • El chalé es propiedad de Juan Manuel Arana, presidente de Astilleros Murueta
  • El empresario está dentro del "grupo de riesgo" de sufrir un atentado terrorista
  • El departamento de Interior vasco ha atribuido a ETA el atentado

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Los vecinos vieron el humo y olieron a pólvora tras la bomba

Una bomba de escasa potencia ha estallado esta madrugada en el muro circundante de un chalé en la localidad vizcaína de Amorebieta sin causar heridos. Se trata de la vivienda del empresario Juan Manuel Arana, presidente de Astilleros Murueta.

El artefacto es de escasa potencia, formado por dos kilos de explosivos, aunque todo apunta a que la autoría es de ETA, según el departamento de Interior del Gobierno vasco.

La bomba ha hecho explosión después de la una de la madrugada de este jueves y ha provocado daños en el muro que rodea una vivienda unifamiliar y en una caseta en la que se guardaban aperos, según ha informado el departamento vasco de Interior.

No obstante, ni siquiera ha sido necesaria la presencia de los bomberos, según han informado desde el cuerpo a Radio Nacional.

La vivienda atacada está ubicada en la calle Betarragane y su propietario, según ha informado el departamento de Interior, está incluido dentro del "grupo de riesgo" de personas que pueden ser objetivo de un atentado terrorista.

Precisamente, la última víctima mortal de ETA fue un empresario, Ignacio Uría, directivo de una empresa que construye la línea férrea de alta velocidad del País Vasco. Fue asesinado a tiros el 3 de diciembre en la localidad guipuzcoana de Azpeitia.

La Confederación Empresarial de Vizcaya, Cebek, ha condenado "enérgicamente" este atentado y ha mostrado su solidaridad con el empresario atacado y su familia.

La Comisión Ejecutiva Federal del PSOE también ha transmitido en un comunicado el apoyo a los empresarios vascos en el que subraya que la "sin razón terrorista no conseguirá doblegar ni intimidar a la inmensa mayoría de los demócratas", que desean vivir "en paz y libertad" y sin renunciar al progreso del País Vasco.