EE.UU. presenta la mayor reforma financiera desde la Gran Depresión
- "Nuevas reglas de juego" para una supervisión "mejor, más inteligente y más dura"
- Se extiende a los derivados exóticos, hedge funds y aseguradoras
- Requisitos comunes de capital y riesgo para las grandes entidades
- Habrá una agencia federal para supervisar la estabilidad del sistema financiero
- El Gobierno podrá intervenir todas las grandes entidades, no sólo los bancos
El secretario del Tesoro, Tim Geithner, presenta este jueves lo que promete ser la mayor reforma del sistema financiero de Estados Unidos desde la Gran Depresión de los años 30. Es su segunda comparecencia esta semana ante el comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, y Geithner perfila las líneas generales de la nueva supervisión: "mejor, más inteligente y más dura", ha resumido, "no se trata de retoques modestos sino de nuevas reglas de juego".
El objetivo es evitar los huecos y errores que han conducido a la crisis actual. El núcleo de la reforma es reforzar los poderes de supervisión federal y ampliar el número de entidades y productos sometidas a esa supervisión. Así, el mercado de derivados financieros exóticos pasará a estar regulado por las autoridades. Productos como los credit default swaps, que han amplificado la crisis original de las hipotecas subprime, se someterán a las misma reglas que
cualquier otro activo financiero. No se trata de prohibirlos, "no es necesario y no ayudaría", ha sentenciado Geihner.
Reglas comunes para todos
Del mismo modo, se establecerán criterios uniformes sobre los requisitos de capital y se limitarán los riesgos que pueden asumir las grandes compañías no bancarias, tales como los hedge funds -fondos de inversión de alto riesgo-, los fondos de inversión capital riesgo y las aseguradoras -como el gigante AIG-, según la información que publican varios diarios norteamericanos como el New York Times y el Washington Post, citando fuentes de la administración.
También se limitarán las primas a los ejecutivos de las compañías reguladas. El criterio es que vayan ligadas a los rendimientos a largo plazo y no las victorias pírricas a corto. Es la respuesta de Obama al escándalo que han desatado los 165 millones de dólares que ha pagado AIG en sobresueldos para evitar que sus ejecutivos se fueran a la competencia. Eso después de haber recibido más de 170.000 millones de dinero público para evitar su colapso.
Un único anillo para dominarlos a todos
Es un giro de 180 grados frente al laissez faire de la administración Bush. La impronta más señalada de la administración Obama es dotar de poder a una única agencia federal para actuar de policía de todo el sistema. Supervisará todas las grandes entidades, cuya caída pueda arrastrar al resto y ponga en peligro toda la economía.
Eso incluye a los hedge funds y las aseguradoras que no están sujetas en la actualidad a la regulación federal, que además tendrán que registrarse en la SEC, el equivalente a la CNMV española, para que pueda examinar sus libros. Este policía financiero vigilará los mercados para anticiparse a los peligros.
El nuevo supervisor no sustituye a las agencias actuales pero tendrá el poder para obligar a las entidades a cumplir sus directivas. No se espera que Geithner desvele quién será el policía del sistema, pero la Reserva Federal es el candidato obvio.
Además, esta agencia podrá recomendar la intervención de las entidades con problemas. El Tesoro, de acuerdo con el Presidente, autorizará la toma de control y la entidad pasará a gestionarse por el Fondo de Garantía de Depósitos, FDIC en inglés, que en la actualidad sólo puede intervenir los bancos.
Toda esta reforma requiere cambios legislativos y se enriquecerá en los próximos meses con nuevas propuestas para proteger a los consumidores -por ejemplo, en las tarjetas de crédito-, expurgar los fallos en las reglas actuales y reforzar la coordinación internacional.