Salvador Allende, simbolo de la democracia y la libertad en América Latina
El 11 de septiembre de 1973 un golpe de estado militar dirigido por el general Augusto Pinochet acabó con la democracia en Chile y con la vida de su presidente electo, Salvador Allende.
Tres años había durado el gobierno encabezado por este político socialista, que nació en Valparaíso (Chile) en 1908 en el seno de una acomodada familia chilena.
Salvador Allende Grossens tuvo una larga y destacada carrera política que comenzó en sus tiempos de estudiante de medicina en la Universidad de Chile, participando en 1933 en la fundación del Partido Socialista de Chile, formación que lideró desde mediados del siglo XX.
A los 31 años fue nombrado ministro de Salud en el Gobierno de Pedro Aguirre Cepeda y fue senador de forma ininterrumpida entre 1945 y 1970.
Candidato a la presidencia en cuatro ocasiones
Por cuatro ocasiones presentó su candidatura a la Presidencia de la República. La primera, en 1952, se saldó con unos resultados muy pobres. Un resultado que mejoró en 1958, aunque todavía lejos de la victoria.
La tercera, en 1964, trajo una nueva derrota para Allende, que tuvo que esperar a 1970 para alzarse, por fin, con la presidencia de Chile.
Pero la victoria de la Unidad Popular, el conglomerado de partidos de izquierda que encabezaba el líder socialista, fue muy estrecha y Allende tuvo que recurrir al apoyo de los democristianos para su proclamación como presidente.
Las dificultades fueron enormes para el Gobierno de la Unión Popular, que llevó a cabo un programa que incluía la socialización de algunas empresas, el aumento del volumen de tierras expropiadas y la nacionalización de la minería del cobre.
Polarización de la sociedad chilena
Este punto fue motivo de enfrentamiento con Estados Unidos, ya que la nacionalización se realizó sin indemnizaciones a las empresas norteamericanas que explotaban el cobre, lo que propició el apoyo abierto del Gobierno de Nixon a los opositores al régimen socialista.
En los meses siguientes se produce una importante polarización de la sociedad chilena, con la entrada en escena de grupos radicales de ambos bandos que provocarán importante incidentes, en medio de una fuerte inflación y el bloque iniciado por EE.UU., que originó problemas en la distribución de bienes y alimentos.
Sin embargo, el apoyo popular del Gobierno de Allende va creciendo, de modo que tanto en las elecciones parlamentarias de 1971 y en las municipales de 1973 la Unión Popular aumenta su número de votantes.
Pese a que Allende intentó reconducir la situación mediante el ingreso de importantes figuras militares en el Gobierno y anunciando la celebración de un plesbicito sobre su permanencia en el cargo, el deterioro de la vida política chilena era evidente y el recurso al golpe militar se hizo cada vez más palpable.
En junio de 1973 tuvo lugar la primera intentona golpista, conocida como 'el tanquetazo'. El levantamiento, protagonizado por el coronel Roberto Souper, se saldó con 20 muertos y fracasó en su intento de tomar el Palacio de la Moneda por la determinación del comandante en jefe Carlos Prats.
Pero en agosto del 73 el general Augusto Pinochet relevó a Prats como nuevo comandante en jefe del Ejército, lo que a la postre resultaría fundamental para el destino de Chile.
Golpe a la democracia
El propio Pinochet encabezó el golpe que el 11 de septiembre de 1973 derrocó la democracia en el país hispanoamericano. A primera hora de mañana el ejército tomó Valparaíso y de inmediato Allende acudió al Palacio de la Moneda para hacerse cargo de la situación.
Durante toda la mañana, el palacio fue bombardeado por aviones, tanques y francotiradores, exigiendo el rendimiento incondicional del Gobierno de Allende, una rendición que no se produjo.
Finalmente, los golpistas decidieron derribar la puerta y tomar La Moneda. Antes de la entrada de los militares, Salvador Allende se suicidó, dando paso a 17 años de gobierno militar en Chile bajo la autoridad de Augusto Pinochet.
Allende fue enterrado en una discreta ceremonia a la que sólo pudieron asistir su mujer, Hortensi Bussi, su hermana, Laura Allende, y dos sobrinos del presidente. Sus restos fueron inhumados en el cementerio Santa Inés de Viña del Mar, sin una placa que los identificara.
En 1990, con el regreso de la democracia, el presidente Patricio Aylwin propició la celebración de un funeral masivo y con los honores de Estado que merecía Salvador Allende y que le fueron negados por los golpistas encabezados por Pinochet.
Para la historia, Salvador Allende ha pasado como un símbolo de la democracia y la libertad en América Latina, impulsor de un proyecto renovador que quedó frustrado por el inmovilismo del sector más reaccionario del ejército.