Descubren que las aguas subterráneas absorben las emisiones de CO2
- El agua soterrada conserva el dióxido de carbono durante millones de años
- Este hallazgo podría ayudar a absorber los gases producidos por el efecto invernadero
- La captura y almacenamiento de carbono podría ser clave contra el cambio climático
Un grupo de investigadores ha descubierto que el agua subterránea conserva el dióxido de carbono durante millones de años, lo que podría ayudar a absorber las emisiones de los gases producidos por el efecto invernadero y frenar el cambio climático.
El hallazgo demuestra que este tipo de captura y almacenamiento de carbono es posible en un área geológica estable, según afirma Chris Balletine, un investigador de la Universidad de Manchester, que ha participado en el estudio.
Esto significa que la localización de antiguos sistemas de aguas profundas a miles de metros bajo la superficie permitiría que el gas no se escapará a la superficie y de ahí a la atmósfera. "Está claro que queremos enterrar dióxido de carbono", asegura Ballentine. "La gran pregunta es cuándo podremos hacerlo, ¿es seguro?".
El mundo está buscando la forma de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero como el CO2, del que los científicos alertan que provocará altas temperaturas, elevación del nivel del mar o sequía y causará inundaciones, olas de calor y tormentas más fuertes.
Para frenar el calentamiento global, muchos gobiernos ven un arma clave en la captura y almacenamiento de carbono, ya que capta las emisiones de la quema de combustibles fósiles en centrales eléctricas y las entierra, en un proceso que se puede mantener hasta en un tercio de todas las emisiones de carbono de la atmósfera.
Sin embargo, la tecnología no se ha probado todavía en una escala comercial y, en principio, va a ser muy costosa. Su precio ronda los mil millones de euros por cada central eléctrica, lo que provoca que sea poco atractivo para que las empresas la lleven a cabo sin ayudas.
China podría ser pionera
No obstante, el premio para el ganador es potencialmente enorme y China podría abrir su propia planta de energía de carbono en una semana y utilizar las reservas mundiales de carbono, que pueden durar cientos de años.
El equipo de Ballentine analizaron cómo el dióxido de carbono se disolvía en el agua y probaron otras técnicas para ver si reaccionaba con las rocas en nueve campos de gas natural en América del Norte, China y Europa con el llenado de gases de miles o millones de años atrás, tras las erupciones vulcánicas.
Encontraron que las aguas subterráneas son el principal sumidero de carbono en estos campos de gas durante millones de años, lo que ofrecería vastas áreas para almacenar los gases de efecto invernadero de manera potencial, aseguraron los investigadores.
Aunque otros estudios han mostrado que ciertas rocas por debajo de la superficie son capaces de absorber el carbono, los resultados publicados en la revista Nature revelaron que la mayoría de las rocas no almacenan los gases de efecto invernadero y el agua se mantiene en lugar seguro.
"Mediante la combinación de dos técnicas, hemos podido identificar exactamente donde se almacena por primera vez el dióxido de carbono", ha asegurado Stuart Gilfillan, un investigador de la Universidad de Edimburgo, que también ha trabajado en el estudio. "Nuestro estudio muestra claramente que el dióxido de carbono se ha almacenado en forma segura y natural en estas áreas de agua subterránea".