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Todos quieren ser amigos de 'Barack' pero Obama solo quiere socios en la primera cita

  • Los líderes del G-20 buscan forjar una amistad con Obama en su primera reunión
  • Sin embargo, el presidente de EE.UU. ha evitado la camaradería propia de Bush
  • La nueva diplomacia estadounidense busca un enfoque más empresarial

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Obama y Brown bromean en la rueda de prensa conjunta que celebraron en Londres.
Obama y Brown bromean en la rueda de prensa conjunta que celebraron en Londres.

Mientras los focos y los micrófonos enfocaban la larga y algo desganada respuesta del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, unos pocos periodistas reunidos en el número 10 de Downing Street se apercibieron de que la verdadera noticia estaba a su lado: por primera vez en toda su carrera política el primer ministro británico, Gordon Brown,  mostraba una expresión de auténtica felicidad.

Ese gesto de Brown -'Gordon' para 'Barack'- resume sin ni una sola palabra el deseo irrefrenable que han expresado todos los que se han reunido con el nuevo presidente estadounidense, convertido en la auténtico atracción de la cumbre del G-20 de Londres.

Admiración

Desde el presidente chino, Hu Jintao, que ha salido de su habitual gesto hiératico para ofrecer su "amistad personal" a Obama, hasta la propia reina de Inglaterra, que le ha reservado el honor de recibirlo por separado.

Desde nuestro presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, que ha hablado con él de baloncesto y de hacer footing, hasta el presidente ruso, Dmitri Medvedev, que creen que hablan un mismo lenguaje.

Incluso el líder que ahora parece más distanciado de Obama, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, le ha criticado sin hacerlo con un argumento más emocional que político: la política no es sólo hacer bonitos discursos.

Diplomacia empresarial

Lo más sorprendente es que, ante tantos agasajos, Obama se ha distanciado de la actitud de su predecesor, George W. Bush, amigo de las amplias sonrisas y el 'colegueo' personal para adoptar un perfil netamente empresarial: buscar los puntos de acuerdo, sin ocultar las fricciones, para sacar el mayor beneficio para ambos.

"La nueva atmósfera es de confianza mutua, una atmósfera que no crea la ilusión de buenas relaciones porque se lleven bien a nivel personal pero que asegura que se tengan en cuenta los intereses mutuos y la preparación para escuchar al otro, algo que hemos echado de menos en los últimos años", ha declarado el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov tras la reunión de Medvdev como Obama.

En ella ambos han acordado poner a cero el contador de relaciones bilaterales, pero sin "captar el alma" de su interlocutor, tal y como aseguró Bush cuando tuvo su primer encuentro con Putin en 2001.

El 'enamoramiento' de Bush y Putin no se correspondió con unas buenas relaciones bilaterales, más al contrario. Mientras ambos se iban a pescar juntos  a Maine (Estados Unidos) y a bailar baladas rusas en el Mar Negro, la tensión entre Rusia y EE.UU. llegó a niveles desconocidos desde la Guerra Fría.

"Nuestra estrategia es desarrollar una agenda basada en los intereses, también acentuando en lo que estamos en desacuerdo, pero no hacer el objetivo de estas cumbres establecer una relación de 'colega' a 'colega'", han asegurado fuentes estadounidenses.

Más allá del tuteo

Entre Brown y Obama el ambiente ha sido más distendido, pero más que nada para compensar la sensación de que la visita de Brown a Estados Unidos fue considerada como de importancia secundaria por la Administracion estadounidense.

Aunque se tutearon y Obama habló de la relación especial entre ambos países, el presidente de EE.UU. se cuidó muy mucho de reproducir la camaradería entre Bush y Blair, que precisamente cayó en desgracia por su excelente relación con el primero.

Así, mientras Bush y Blair en su 'primera' cita llegaron a decir que tenían en común su pasta de dientes, Brown aún desconoce el secreto de la sonrisa de Obama aunque, eso no ha impedido que en su serio y adusto gesto se dibujase, sin apenas esfuerzo, una sonrisa de felicidad política por haber encontrado de nuevo su alma gemela al otro lado del atlántico