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Una cumbre sobre un cenagal

  • Obama quiere apoyo de la OTAN para acabar con el "cáncer de Al Qaeda"
  • Presentará su plan para desarrollar Afganistán
  • También pretende acabar con los santuarios talibanes en Pakistán
  • El problema es la debilidad de los aliados en plena crisis económica
  • Hay pocas posiblidades de que envíen más tropas
  • Rusia, China, India e Irán entran en escena

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La cumbre de la OTAN se celebra a caballo de Francia y Alemania. Empieza el viernes en Estrasburgo y se prolonga el mismo día en Baden-Baden. Obama debatirá con sus aliados, con Sarkozy y Merkel a la cabeza, su nueva estrategia para ganar la guerra en Afganistán. Pero como señala el editor de la revista Foreign Policy, Moisés Naim: "el problema es que todo el mundo es débil. Sus principales aliados están muy debilitados, incluso sus adversarios lo están".

Es significativo que el New York Times emparedara el nuevo plan de Obama con dos informaciones. Primero, el apoyo económico, militar y logístico que reciben los talibanes del servicio de Inteligencia pakistaní. La zona limítrofe de Pakistán, el montañoso Waziristán, se ha convertido en un refugio para los insurgentes, desde donde lanzan ataques contras las tropas de la OTAN y objetivos civiles en Afganistán. Después, el pacto que han alcanzado los talibanes a ambos lados de la frontera para enterrar sus diferencias y unir fuerzas en contra de Estados Unidos y sus aliados.

Obama es consciente de que los últimos siete años no han servido para acabar con los santuarios de Al Qaeda. Al contrario: "la situación es cada vez más peligrosa", reconoce. La solución de Obama para Afganistán está íntimamente ligada a Pakistán, y por extensión, a las potencias con intereses en el conflicto: Rusia, Irán, China e India. Ese es el nuevo terreno de juego. Otra cosa es que consiga más tropas y recursos para respaldar su estrategia. De momento, su compromiso no es ilimitado. Se revisará a final de año y como señaló en una entrevista, la estrategia es de salida

Un plan para desarrollar Afganistán y acabar con los santuarios pakistaníes

El Presidente enviará 4.000 instructores para entrenar al ejército de Afganistán que se sumarán al refuerzo de 17.000 soldados que ordenó el pasado mes de febrero. Pero el objetivo a largo plazo es incrementar los efectivos afganos hasta 134.000 hombres en el año 2011 y posibilitar la retirada de las tropas estadounidenses: cerca de 60.000 efectivos en la actualidad.

Pero esto sirve de poco si no se estabiliza un país atrapado en la miseria, los poderes locales, el narcotráfico y la corrupción. Ese es el caldo de cultivo que permite que los talibanes hayan ganado terreno. El último informe del Consejo Internacional de Seguridad y Desarrollo, ICOS, señalaba que los talibanes han incrementado su poder considerablemente en el último año y tienen ya presencia permanente en un 72% de Afganistán.

A las fuerzas militares se sumarán funcionarios civiles occidentales que se centrarán en fortalecer las instituciones afganas y promover el desarrollo económico. O de otro modo, mejorar las condiciones de vida de una población mayoritariamente rural para romper los lazos que les unen con los extremistas. En este proceso, la administración norteamericana está dispuesta a dialogar con los talibanes más moderados. La ayuda civil se ampliará en una conferencia de donantes que se celebrará en abril en Tokio.

Al otro lado de la frontera, EE.UU lleva meses atacando los santuarios talibanes en Pakistán con aviones controlados a distancia e incursiones relámpago. Los ataques han provocado un incremento de la tensión con el gobierno de Islamabad.  Para rebajarla, Washington triplicará la ayuda humanitaria: 7.500 millones de dólares en cinco años. Se gastarán en hospitales, escuelas y carreteras. EE.UU. también condicionará la ayuda militar a que Pakistán refuerce su lucha contra los talibanes. 

Cortejar a los adversarios

"Al Qaeda no es un problema de Estados Unidos sino una amenaza a la seguridad global", ha señalado Obama. Por esta razón, quiere incorporar a la solución del problema a Rusia, China, India e Irán. Teherán ya ha adelantado que participará en la cumbre sobre Afganistán que se celebra este martes en La Haya. Quizás aquí consiga Obama uno de los mayores logros de su gira europea: la reanudación del diálogo con Irán después de 30 años. 

De momento, Rusia, China y los otros miembros centroasiáticos de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) han pedido a Estados Unidos la adopción de una estrategia multilateral para estabilizar Afganistán. Esta "OTAN oriental" considera fundamental "la cooperación entre Afganistán y los países vecinos", en particular, Irán y Pakistán. Además, aboga por "proseguir los esfuerzos internacionales para edificar un Afganistán estable, pacífico, próspero y democrático".