El Archiduque necesita velocidad
- Franz Ferdinand ofrece en Madrid un concierto entretenido, aunque algo irregular
- Las nuevas canciones de los escoceses nunca engancharon como sus viejos éxitos
- El Palacio de los Deportes, abarrotado, vibró con clásicos como Take me out o Jacqueline
Eran los más esperados, los reyes del indie rock internacional, y el Palacio de los Deportes de Madrid se ha abarrotado para disfrutar, este viernes, con Franz Ferdinand, que, a pesar de ofrecer un concierto entretenido y, por momentos, muy divertido, no ha logrado encandilar al publico madrileño como en otras ocasiones.
Ellos mismos siempre se han definido como "cuatro tipos que quieren hacer bailar a las chicas" y no es falsa modestia: su mejor registro, especialmente en directo, es el de los riffs rápidos y efectistas, que consiguen mover al público. Así eran sus conciertos hasta hace nada, un trallazo detrás de otro durante una hora que no daba respiro a sus seguidores.
Este viernes, sin embargo, se presentaban unos Franz Ferdinand con un repertorio renovado, los nuevos temas de su álbum Tonight, que en su mayoría no han logrado que el público baile como en anteriores ocasiones: sólo No you girls, Bite hard y Ulysses, el single de lanzamiento, han calado entre unos fans que, a cambio, se han entregado en los viejos éxitos.
"¿Queréis bailar?"
La noche prometía, sobre todo después de que Mando Diao calentara estupendamente al personal; la banda del archiduque se ha arrancado con Come on home y The dark of the matinée. Después han estrenado No you girls, para desbocarse con uno de sus grandes éxitos, Do you wanna.
A cada acelerón le seguía un valle que l púble ha dado un tono algo irregular al concierto. Uno de los mejores momentos ha sido la interpretación de Take me out, después de que el cantante, Alex Kapranos, instará a público a saltar: "¿Queréis bailar?", ha repetido en español varias veces. Efectivamente, al público le apetecía bailar y saltar.
Probablemente, Franz Ferdinand tiene razón en buscar nuevas vías para su música, pero en esta ocasión no parece haber dado con la tecla y los toques de lectrónica no mejoran unos temas ya concebidos para bailar; así, la gente volvió a levantarse con otro clásico, Michael, aunque Bite hard mantuvo el tono.
Quemar la ciudad
Tras una hora de concierto se han retirado para volver con Jacqueline, una de las preferidas de sus seguidores, e iniciar la traca final, en la que Kapranos ha ofrecido en varias ocasiones al público el micrófono para acompañar las canciones.
Después han ofrecido un cuarteto de percusión, con el batería Paul Thomson, un asistente, el guitarrista Nick McCarthy y el propio Kapranos a la batería -Bob Hardy, el bajista, les seguía con la pendereta- y el concierto ha terminado con la gente acompañando a voz en cuello This fire, el mejor final para lo que se anunciaba como una noche de fiesta: "Este fuego está fuera de control, voy a quemar esta ciudad".
Los escoceses visitan mañana Granada y el próximo julio regresarán a España para encabezar el cartel del Festival Internacional de Benicàssim, donde se les espera de nuevo para volver a empezar a bailar.