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Acaba el motín que ha provocado graves disturbios en una cárcel de Inglaterra

  • Las autoridades han retomado el control de la cárcel de Ashwell
  • Unos 360 reclusos han sido sacados de la prisión 
  • El detonante del motín ha sido la retirada de privilegios a varios reclusos

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Las autoridades han retomado el control de la cárcel inglesa en la que el motín de cientos de presos ha obligado este sábado a movilizar a agentes antidisturbios, según ha confirmado la Asociación de Funcionarios de Prisiones (POA).

Pete Chapple, directivo de la POA, ha afirmado que unos 360 reclusos han sido sacados de la prisión de Ashwell (centro de Inglaterra), que alberga a unos 600 internos, mientras que el resto se encuentran seguros en sus celdas.

"Habíamos anticipado que (el motín) continuaría a lo largo de la noche, pero alcanzó su clímax antes de lo que pensábamos", ha asegurado Chapple, al precisar que se echa en falta a un recluso que está siendo buscado con un helicóptero.

Según el directivo de la POA, "llevará mucho tiempo" retirar los desperfectos causados en la prisión, donde el 75% de las instalaciones han sufrido daños materiales y de la que no ha dejado de salir humo en todo el día.

En un principio, alrededor de 400 presos han estado implicados en la sublevación, y se pensaba que el problema podía prolongarse hasta este domingo , según había indicado el portavoz de la POA, Glyn Travis.

Retirada de privilegios

De acuerdo con Travis, el detonante del motín ha sido la retirada de privilegios a varios reclusos.

 "Uno de los presos no estaba contento con esa decisión (de la supresión de privilegios) y, en torno a la medianoche de este viernes decidió incitar a otros a reaccionar. Y así empezaron los disturbios. A partir de ahí, eso se convirtió en una situación muy peligrosa y violenta", ha explicado el portavoz de la POA.

Anteriormente, un portavoz del Servicio de Prisiones había calificado el suceso de "indisciplina concertada" relacionada con "varios presos".

La Policía fijó un perímetro de seguridad de tres kilómetros en torno al centro penitenciario, que encierra a reclusos de categoría C (los presos en las cárceles inglesas se dividen en categorías A, B, C y D, referidas a un orden descendente de peligrosidad).

Pete Chapple ha declarado que los disturbios son "uno de los sucesos más graves que hemos visto (en una prisión de este país) en mucho tiempo".

Según la cadena pública británica BBC, grupos de presos han sido sacados de la cárcel en furgones policiales, en tanto que un helicóptero de las fuerzas de seguridad sobrevolaba la zona en labores de vigilancia.

Al parecer, algunos presos "quemaron cosas", ha dicho el padre de un preso que recibió una llamada de su hijo, internado en un ala de la prisión que no se ha visto afectada por los disturbios, en declaraciones publicadas por el diario local Leicester Mercury.

Se había advertido del riesgo de altercados

El presidente de la PAO, Colin Moses, ha apuntado que su asociación ya había advertido del riesgo de altercados de ese tipo, debido a los recortes presupuestarios, el aumento de la población penitenciaria y la reclusión de presos en cárceles de categorías inadecuadas.

Por su parte, el portavoz de Justicia del opositor Partido Conservador, Edward Garnier, ha pedido al Gobierno un replanteamiento de su política penitenciaria y ha denunciado que las prisiones están "superpobladas", extremo que ha negado el Ministerio de Justicia.

No es la primera vez que se registran disturbios en la cárcel de Ashwell, que empezó a funcionar en 1955, pues en 2003 cuatro reclusos se atrincheraron en un habitación y causaron daños materiales en ordenadores, equipos de oficina y ventanas.