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Los manifestantes en Tailandia aseguran estar dispuestos a rendirse tras el avance de las tropas

  • Así lo ha dicho el dirigente del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura
  • Unos 6.000 partidarios del ex primer ministro Shinawatra se han concentrado en el centro
  • La policía ha dispuesto autobuses y les ofrece llevarles de vuelta a sus lugares de origen
  • El lunes, manifestantes y soldados se enfrentaron a tiros y hubo dos muertos y cien heridos
  • El Ministerio de Exteriores desaconseja viajar a este turístico país mientras dure la revuelta

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Los cabecillas de los manifestantes antigubernamentales de Tailandia han anunciado que están dispuestos a abandonar su movilización ante el avance de las tropas para dispersarles de la sede del Gobierno, en Bangkok.

Así lo ha dicho Chatuporn Promphan, dirigente del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, formado por seguidores del depuesto ex primer ministro Thaksin Shinawatra y que exigía la caída del actual Ejecutivo de Abhisit Vejjajiva. En estos momentos dialogan con los militares para abandonar la sede del Gobierno sin resultar heridos.

Las tropas tailandesas han conseguido cercar a los miles de manifestantes antigubernamentales junto a la sede del Gobierno horas después de los enfrentamientos del lunes que causaron al menos dos muertos y más de cien heridos. Entre los activistas empieza a haber divisiones.

Fuerzas combinadas del Ejército y la Policía han establecido un perímetro de seguridad alrededor de los manifestantes, 2.500 según fuentes policiales citadas por la agencia France Presse, y 6.000 según Efe. Para contrarrestar a los blindados de los militares, los camisas rojas han colocado barricadas con árboles arrancados, han incendiado neumáticos y han acumulado piedras y ladrillos, según testigos.

"La situación durante la noche ha sido muy tensa porque estábamos rodeados y había rumores de una carga inminente", ha dicho por teléfono Chinawat  Haboonpard, líder de una asociación de taxistas muy activa en el movimiento de los seguidores del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, depuesto en un golpe de Estado en el 2006 y exiliado desde entonces.

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 "Creo que no lo han hecho porque han consguido controlarnos (...) Creo que deberíamos dispersarnos, porque ya no podemos movilizar a más gente", ha añadido el activista. En efecto, Por la noche, las fuerzas de seguridad han conseguido llevar hacia la Casa del Gobierno a todos los manifestantes, donde también han hecho llegar numerosos autobuses.

"Si queréis volver a vuestras casas, hemos traido autobuses y os garantizamos el viaje con toda la seguridad", les han dicho a través de los altavoces los policías. La mayoría procede de las zonas rurales del norte del país.

44 hospitalizados

A última hora del lunes, dos civiles perdieron la vida por disparos de los manifestantes en una zona próxima al palacio gubernamental, y otras nueve personas fueron heridas por impacto de bala. En total se registraron 114 heridos y 44 siguen hospitalizados. Durante la jornada, las tropas abrieron fuego en varias ocasiones para dispersar a los manifestantes repartidos por todo el casco viejo de Bangkok , en cumplimiento del estado de excepción que rige desde el domingo en la capital y los alrededores.

Las autoridades han reforzado el control de carreteras, puertos y aeropuertos para evitar que sean tomados por los opositores, tal y como sucedió el pasado diciembre con los detractores de Shinawatra --los camisas amarillas--, que ocuparon la sede del Gobierno y los dos aeropuertos de Bangkok. Esa revuelta terminó cuando la Justicia ilegalizó al partido de Shinawatra, ganador de las últimas elecciones (en el 2007) y accedió al poder el liberal Abhisit Vejjajiva.

El primer ministro ha declarado de madrugada que la situación está casi bajo control tras la intervención del Ejército después de que el sábado las protestas obligaran a cancelar la cumbre de líderes del sureste asiático en Pattaya. Las tropas se han empleado con contundencia ante la gran violencia de las protestas, por ejemplo, con el lanzamiento de un autobús en llamas contra los soldados.

También han procedido a efectuar un número indeterminado de detenciones, lo que ha enfurecido aún más a los activistas de la oposición ya que en la anterior ola de protestas de sus rivales no hubo arrestos.

La grave crisis política en la que está sumida Tailandia desde hace tres años se explica también en términos de lucha de clases: los camisas rojas son fundamentalmente trabajadores del medio rural, a los que se dirigió el populistaShinawatra con medidas como la asistencia santiaria universal, y sus detractores de las élites y clase media de la capital.

Turistas españoles

En Tailandia hay en estos momentos un millar de turistas españoles y todos se encuentran bien y sin problemas, según fuentes de las agencias de viajes citadas por Radio Nacional. El embajador español en Tailandia, Ignacio Sagaz, ha señalado en el Canal 24 horas de TVE que "ningún extranjero o ningún español se ha visto envuelto en incidentes".

El Ministerio de Exteriores ha publicado una nota en la que desaconseja viajar a Tailandia o hacer conexiones internacionales, mientras "persista la actual situación de inestabilidad".

También sugiere a los ciudadanos españoles que se encuentren en Bangkok que "permanezcan en sus domicilios u hoteles" hasta que la situación se clarifique.