Los padres de la menor mauritana obligada a casarse continuarán en libertad
- La madre estaba condenada a 17 años de prisión y el padre a un año y seis meses
- Debían acatar una orden de alejamiento y la madre se la saltó
- Se les acusaba de forzar a su hija de mantener relaciones sexuales con su esposo
El tribunal de la Sala Tercera de la Audiencia Provincial de Cádiz ha resuelto este miércoles rechazar el recurso de la Fiscalía que solicitaba el ingreso en prisión de los padres de una menor mauritana, condenados por una sentencia que no es firme, por haberla forzado a mantener relaciones sexuales con su esposo.
El tribunal ha considerado que deben seguir en libertad, ya que el encuentro que tuvo la madre con la menor en el centro escolar en el que estudia en Puerto
Real, quebrantando una orden de alejamiento, ha quedado justificado porque que la madre acudió allí tras recibir una llamada del director del centro por una cuestión sobre sus otros dos hijos.
El Ministerio Fiscal argumentó en la vista celebrada ayer el riesgo de fuga y la falta de arraigo de los progenitores, además de que otros dos hijos que tienen a su cargo ya se encuentran en Mauritania.
El pasado 23 de marzo la Audiencia Provincial de Cádiz condenaba a 17 años de prisión a la madre de la menor ya que el tribunal consideró que la procesada cometió un delito de violación, otro de coacciones y un tercero de amenazas.
La sentencia condenaba también al marido de la menor, mauritano, de unos 40 años, a trece años y seis meses de prisión por agresión sexual.
Al padre de la menor, tercer procesado en esta causa, el tribunal lo absolvía de agresión sexual pero lo condenaba a un año y seis meses por un delito de amenazas, y le prohibía acercarse a su hija durante cuatro años.
La menor que fue violada por su esposo, con quien fue obligada a casarse cuando tenía 12 años, bajo amenazas de su familia, que le llegaron a decir que si no mantenía relaciones sería lapidada.
La joven, que aún es menor, nació en Puerto Real (Cádiz), siendo acogida por unos vecinos españoles, los cuales no contaban legalmente con su potestad. Así, en un viaje de verano a Mauritania, fue casada con un primo de unos 40 años de edad.
Según declaró la joven, fue violada allí por su esposo y tras enfermar, lo cual en su declaración achacó a la tensión que vivía, volvió a España. Posteriormente, vino el marido y también fue obligada, según su testimonio, por su familia, a mantener relaciones bajo amenazas.
Según relató, tras ser violada, se puso en contacto con la familia con la que había vivido en España que consiguió tener acceso a ella y presentar la denuncia.