Bo, un nuevo vigilante en la Casa Blanca y una amenaza para la huerta de Michelle Obama
- La elección de la mascota se había convertido casi en una cuestión de estado
- Es un perro de aguas regalado por Ted Kennedy y no abandonado, como dijo Obama
Bo, el perro de aguas portugués propiedad de la familia Obama, ya sabe lo que es ser una mascota famosa y que decenas de periodistas y fotógrafos estén pendientes de cada uno de sus ladridos.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, su esposa, Michelle, y sus dos hijas, Malia y Sasha, han comparecido este martes ante decenas de fotógrafos para presentar en sociedad al cachorro, un macho de seis meses, en los jardines de la Casa Blanca.
Obama ha bromeado recordando que a los perros de aguas portugueses les gustan los tomates. "La huerta de Michelle corre peligro", ha dicho.
La llegada de Bo cumple la promesa efectuada por Obama a sus hijas la noche de su victoria electoral en noviembre pasado. Desde entonces, la búsqueda de un perro para los nuevos inquilinos del número 1600 de la Avenida Pensilvania generó gran interés en el país, pues ya es toda una tradición que la familia presidecial tenga uno.
El presidente ha recordado también las palabras de uno de sus predecesores, Harry Truman, que en su día dijo que "si quieres un amigo en Washington, consíguete un perro". "Finalmente tengo un amigo".
Bo, al que Sasha y Malia han dado este nombre en honor a su abuelo materno y al gato de sus primos, fue un regalo del senador Edward M. Kennedy, un aficionado a esa raza de canes que además no va a provocarle alergias a Malia. Obama había dicho que el perro vendría de una perrera, y para compensarlo ha hecho una donación a una sociedad de protección de los animales.
El cánido ya es la mascota más fotografiada desde que Paris Hilton llevara a su perro en el bolso.