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El 'segundo violador del Eixample' se arrepiente de su pasado, pero niega el último abuso

  • Se declara inocente del último delito de abuso sexual por el que ha sido juzgado
  • Afirma arrepentirse de la decena de violaciones por las que se le condenó a 65 años
  • Martínez Singul ha protagonizado una esperpéntica huida de la prensa al salir del juicio

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Alejandro Martínez Síngul, conocido como el segundo violador del Eixample vuelve a sentarse en el banquillo

Alejandro Martínez Singul, conocido también con el alias de "segundo violador del Eixample", ha dicho que se arrepiente de lo que hizo en el pasado y ha reiterado su inocencia respecto del último delito de abuso sexual de una mujer por el que se le ha juzgado en Barcelona.

En declaraciones a los periodistas a la salida del edificio de los juzgados, en el paseo de Lluís Companys de Barcelona, Martínez Singul ha asegurado que se arrepentía de lo hecho en el pasado, en referencia a la decena de agresiones y violaciones por las que fue condenado a 65 años de cárcel en 1992, de los que cumplió 16 años.

Ataviado con un pasamontañas de color azul marino y con un anorak de mercadillo del mismo color que le iba un poco grande para su pequeña constitución física, el "segundo violador del Eixample" ha entrado en el edificio judicial para ser juzgado por el último delito del que se le acusa, agredir sexualmente a una mujer y masturbarse delante de ella en un tren en Barcelona.

"Inocente, inocente" se ha declarado Martínez Singul a la salida del juicio, que se ha desarrollado a puerta cerrada para proteger a la víctima de la agresión, en el juzgado de lo Penal número 16 de Barcelona.

Según ha indicado el abogado defensor del presunto agresor tras el juicio, durante la vista la víctima ha relatado los hechos, pero los nervios no la han dejado identificar al procesado como su agresor. 

Así pues, Martínez Singul ha salido de los juzgados igual que ha entrado, sin esposar, con su pasamontañas y en libertad, a la espera de que se dicte sentencia en un caso en que el fiscal ha ratificado su petición de un año de prisión.

Persecución mediática

El procesado ha intentado esquivar en todo momento a los periodistas que habían cubierto el juicio, pero no sólo no lo ha conseguido, sino que, a la salida del edificio judicial, ha intentado sin éxito escabullirse y ha tenido que volver a entrar, con gran cantidad de medios persiguiéndole durante unos metros.

Más tarde, ha vuelto a salir de los juzgados y ha intentado, sin éxito, coger un taxi, que esperaba a otros clientes.

Tras la negativa del taxista a llevarle con un "está reservado", Martínez Singul ha echado a correr por el paseo Lluís Companys y después hacia el paseo Pujades, seguido por varios equipos de televisión, a los que los transeúntes alertaban de su trayectoria con gritos de "violador".

Tras pedir la ayuda de una patrulla de los mossos d'esquadra, que no le ha hecho caso, a pesar de que se ha quitado el pasamontañas, finalmente ha podido tomar un taxi.