EE.UU. da el primer paso para regular los gases de efecto invernadero
- La agencia de Protección Medioambiental considera que son una amenaza para la salud pública
- Su informe supone un giro radical en la política mediambiental del país
- El Congreso estudia en paralelo regular los gases de efecto invernadero
- Los sectores del automóvil y de la energía en el punto de mira
La agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos va a proponer que se regulen por primera vez los gases de efecto invernadero, según han avanzado varios congresistas que han sido informados de sus conclusiones. La agencia considera que estos gases suponen un peligro para la salud pública y el bienestar de la población. El informe pone en marcha el mecanismo para limitar las emisiones que se consideran responsables del cambio climático.
La agencia considera que la base científica de este peligro es convincente y abrumadora. Dispone de un plazo de 60 días para recabar sugerencias y enmiendas antes de elaborar la regulación. A partir de ahí, estudiarán sector por sector. En el punto de mira están el automovilístico y el energético, que generan aproximadamente la mitad de los gases de efecto invernadero.
Diferentes vías para frenar el calentamiento
La propia agencia considera preferible que sea el Congreso quien elabore la nueva legislación. Obama se comprometió en la campaña electoral a limitar los gases responsables del cambio climático y ha pedido al Congreso que le remita una ley integral sobre la cuestión.
Esa ley incluiría un mercado nacional de derechos de emisión, similar al europeo, y su alcance sería mayor que el que puede elaborar la agencia de Protección Medioambiental, cuya acción es puramente administrativa. En todo caso, el Congreso no ha fijado todavía ni objetivos ni plazos.
Un golpe de timón en la política ambiental
Las iniciativas de la administración Obama suponen un giro radical sobre la política de Bush en los últimos ocho años. Su gobierno se negó a limitar las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, bajo el argumento de que la regulación dañaría la economía.
De hecho, hace dos años, el Tribunal Supremo ordenó a la agencia de Protección Medioambiental que elaborara este informe para determinar el daño en la salud pública. Los científicos fueron prácticamente unánimes en sus conclusiones pero la administración Bush las desestimó.
Obama decidió al poco de llegar a la Casa Blanca revisar el caso y actuar rápidamente si las conclusiones estaban justificadas. Tras dos semanas de estudiar el informe, han aprobado la iniciativa de la agencia.