Garzón investiga a autores e inductores de torturas a presos de Guantánamo en el mandato Bush
- Uno de los presos denunciantes es un ciudadano español, Hamed Abderraman Ahmed
- El juez acuerda en su auto incoar diligencias previas contra los presuntos autores
- Los recluidos denunciaron "actos de agresiones físicas o psíquicas" durante su estancia
- Existiría un "plan sistemático de tortura" que genera responsabilidades a distintas escalas
- Pedirá a EE.UU. los documentos desclasificados de las torturas para incorporarlos
El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha decidido declararse competente para investigar las presuntas torturas sufridas a manos de las autoridades estadounidenses por cuatro presos islamistas que estuvieron recluidos en el centro de detención que EEUU tiene en Guantánamo (Cuba), durante el mandato de George W. Bush, y a sus "posibles autores materiales e inductores, cooperadores necesarios y cómplices de los mismos".
En concreto, Garzón ha acordado a través de un auto incoar diligencias previas para investigar las denuncias presentadas por Hamed Abderraman Ahmed -conocido como 'el talibán español'-, Lahcen Ikassrien, Jamiel Abdultatif Al Banna y Omar Degayes.
Estos presos denunciaron "que habían sufrido la práctica de diferentes actos de agresiones físicas o psíquicas sobre sus personas" durante su estancia en Guantánamo.
El juez acuerda incoar diligencias por presuntos delitos de los artículos 608, 609 y 611, en relación con los artículos 607 bis y 173 del Código Penal español contra los supuestos autores. Estos artículos señalados en el auto contemplan delitos contra prisioneros de guerra, protegidos por la Convención de Ginebra y otros tratados internacionales, tales como torturas o tratos inhumanos, detención o confinamiento ilegal o privación del derecho a ser juzgados regular e imparcialmente.
Para el magistrado, se estaría "en presencia de un supuesto de justicia penal universal".
"Plan autorizado y sistemático de tortura"
El titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 señala que los presuntos responsables, materiales o intelectuales, de estos delitos serían las personas encargadas de custodiar a los detenidos o las que autorizaron los actos.
Añade que todos ellos eran miembros "del ejército norteamericano o de la inteligencia militar" y extiende la responsabilidad a "todos aquellos que ejecutaron y/o diseñaron un plan sistemático de torturas o malos tratos, inhumanos y degradantes en contra de los prisioneros que tenían bajo su custodia", que fueron capturados en el marco del conflicto armado de Afganistán y que fueron acusados de terrorismo, durante el mandato de Bush.
Garzón se refiere a los documentos desclasificados por la Administración norteamericana, de los que sólo tiene constancia por los medios de comunicación y que dice que deberán solicitarse para añadirlos a la causa, según los cuales se ha "revelado" la existencia de "un plan autorizado y sistemático de tortura y malos tratos" sobre los presos, a los que no se reconocían los derechos contemplados en los convenios internacionales.
Para el juez español, la existencia de ese plan y la ejecución de torturas contra los presos de Guantánamo y otras prisiones, como la de Bagram (Afganistán), "adquiere casi un nivel oficial y que, por ende, genera una responsabilidad penal en las diferentes estructuras de ejecución, mando y diseño y autorización de ese plan sistemático de tortura".
El magistrado también hace referencia a la sentencia del Tribunal Supremo, por la que se absolvió a Abderraman Ahmed del delito de integración en organización terrorista, en la que se califica a Guantánamo de "verdadero 'limbo' en la comunidad jurídica".
Detalle de las torturas sufridas
Garzón recuerda que tanto el talibán español como Lahcen fueron absueltos del delito de integración en organización terrorista, mientras que para Latiff Al Banna y Deghayes finalmente se archivó la causa.
El juez detalla en su auto cómo los cuatro presos fueron detenidos en distintos puntos, Afganistán, Pakistán y Gambia, y pasaron por algunos centros de detención hasta llegar a Guantánamo, donde sufrieron distintos actos de tortura, según sus declaraciones judiciales.
Entre estos actos de tortura denunciados están la permanencia en celdas con luz permanentemente encendida, lo que les produjo trastornos de visión; interrogatorios sin presencia de abogados; la obligación de escuchar música alta permanentemente (en concreto "canciones patrióticas norteramericanas); constantes cambios de temperatura a frío y calor extremos.
También se detallan agresiones físicas como golpes en los testículos y palizas; agresiones sexuales; colocarlos en posiciones forzadas sujetos con grilletes en pies y manos; o inmersiones reiteradas de la cabeza en un bidón con agua.
El magistrado ha abierto esta causa por su cuenta, después de que hace diez días remitiera a reparto, a instancias de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, una querella contra seis presuntos responsables de la creación de la cárcel de Guantánamo y que ahora está en manos de su compañero Eloy Velasco para que decida sobre su admisión a trámite.
Garzón también reclama al Juzgado Central de Instrucción número 2 que le informe y remita las diligencias en las que investiga los llamados vuelos de la CIA con detenidos por terrorismo con destino a cárceles secretas como Guantánamo.