La deserción de un republicano da virtualmente el control total a los demócratas en EE.UU.
- El veterano senador Arlen Specter anuncia su pase al bando demócrata
- Sin él, los republicanos sólo son 39 y ya no pueden bloquear iniciativas
- Obama necesita una amplia mayoría para aporbar sus amplias reformas
El veterano senador republicano Arlen Specter ha anunciado que se cambia de partido, con lo que los demócratas ya tienen virtualmente la cifra mágica que 60 escaños que impide el bloqueo a los rivales. Obama está "encantado" con la noticia.
"He decidido presentarme a la reelección en el 2010 en las primarias demócratas", ha declarado el senador por el Estado de Pensilvania en la web de su campaña. El Congreso de Estados Unidos (Senado y Cámara de Representantes) se renueva parcialmente cada dos años.
El Partido Demócrata, que logró una amplia mayoría en las legislativas del pasado 4 de noviembre, cuenta hasta ahora con 58 senadores. Pero si los tribunales confirman la victoria demócrata en el Estado de Minnesota --cuyo escaño está todavía sin asignar tras un recuento ajustadísimo--, sumarán ahora 60 sobre un total del cien.
En el Senado de Estados Unidos, la cámara de más peso político, la oposición puede retrasar indefinidamente la aprobación de leyes si reúne 40 escaños, estrategia conocida como filibusterismo parlamentario.
La decisión de Specter --quien ha dicho sentirse "decepcionado" por el escoramiento a la derecha de los republicanos-- ha sido recibida por Barack Obama como si fuese un regalo por sus cien primeros días de mandato. El mandatario demócrata lo ha llamado para expresarle su "apoyo incondicional" y ha dicho estar "encantado de tenerle en el partido", según ha declarado el portavoz del presidente Robert Gibbs.
En el lado contrario, el jefe de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, ha dicho que la "defección" supone una "amenaza para el país". "La cuestión es si los electores quieren que la mayoría obtenga todo lo que quiera sin restricción, sincontrapoder".
Obama necesitará todo el apoyo del Congreso para aporbar su gran programa de reformas en ámbitos como la sanidad o los gastos militares.
Aunque los ciudadanos estadounidenses tienen una clara adscripción partidista (la gran mayoría se registra como "demócrata" o "republicano" en el censo electoral), los políticos no se ajustan a un patrón férreo: no hay disciplina de voto en las cámaras y los diputados se deben en todo momento a sus electores ya que deben obtener personalmente la reelección.