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El Senado checo aprueba el Tratado de Lisboa pero el presidente se niega a firmarlo

  • El Senado ha dado rango de ley al tratado por una mayoría de tres quintos
  • Un grupo de senadores liberales anuncian que la recurrirán ante el Constitucional
  • El presidente Klaus reitera que no firmará el tratado por el 'No' irlandés
  • Bruselas ha expresado su satisfacción por la decisión del legislativo checo

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El Senado de la República Checa ha aprobado este miércoles una ley de carácter constitucional sobre el Tratado de Lisboa, pero el presidente del país, el euroescéptico Vaclav Klaus, se ha negado a firmarla por ahora, requisito imprescindible para que entre en vigor. 

"El Tratado de Lisboa está muerto por el momento porque fue rechazado en referéndum por un estado miembro (Irlanda). Por tanto, una decisión de ratificación de este tratado no está en la agenda en este punto", ha declarado Klaus.

De esta forma sitúa a su país ante un choque de trenes entre el poder legislativo, que ha aprobado la ley con una mayoría de tres quintos (54 votos de los 79 senadores presentes) justo en el país que ostenta la presidencia de turno de la UE hasta el próximo mes de junio.

Un grupo de senadores del partido liberal ha contestado que llevarán el tratado ante el Tribunal Constitucional del país, cuyo fallo también esperará Klaus antes de firmar.

"Esta decisión lanza una señal clara para decir que somos un país europeo, un país que quiere desarrollarse", ha declarado antes de votar Karel Schwarzenberg, ministro dimisionario de Asuntos Exteriores.

Satisfacción en Bruselas

Por su parte,  presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso ha dicho sentirme "muy contento" por la decisión de los senadores checos.

"Es una muy buena nueva. Estoy muy contento por la aprobación del Tratado de Lisboa por el senado checo, que finaliza el proceso de ratificación parlamentaria en la República Checa", ha añadido en un comunicado.

Para entrar en vigor, el Tratado de Lisboa debe ser ratificado por los 27 miembros de la Unión Europea. Como Chequia, Polonia y Alemania deben completar su proceso de ratificación parlamentaria.

El caso más problemático es el de Irlanda, que lo rechazó, aunque su gobierno ha prometido someterlo de nuevo a consulta en noviembre de este año.

"Es un buen augurio de cara al referéndum irlandés", ha añadido Barroso.