"No sé ni cuándo son las elecciones"
- Sólo uno de cada tres portugueses acudirán a votar
- El desinterés contrasta con su confianza en las instituciones europeas
- Los comicios se leen en clave interna ante la proximidad de las legislativas
- Más información en nuestro especial sobre las Elecciones Europeas
Sales a la calle, con un cartel invisible colgado en la frente de "periodista de servicio", intentando ver si unas elecciones europeas, que están a la vuelta de la esquina, han producido algún cambio en el paisaje social o urbano... Pregunto al del kiosco, un cincuentón de clase media -que no para de vender periódicos y revistas mientras espero su sí o no-, y en cuanto se deslía un poco me contesta: "¿Votar, para qué?".
Sigo mi rutina, algo alterada por preguntar sin un micro y una cámara al lado, por ir de corresponsal para la web, que es como ir de paisano, y le pregunto a Telmo, el camarero del bar donde comemos habitualmente, y entre sonrisa y bandeja de cocido portugués, me dice que no: "No sé ni cuándo son", añade. Y así continúo adaptando a mi cotidianeidad preguntas sobre las elecciones europeas para retratar un poco este paisaje social lisboeta. Reconozco que sólo me atrevo a preguntar a gente que conozco o me conoce, aunque sea de vista.
Paso por la peluquería, y allí me cebo con los empleados; hay algunos, los más jóvenes, que contestan: "¡Sí, que si no luego no podrán quejarse con autoridad!". En fin, que compruebo que el sondeo doméstico se acerca a los resultados de las últimas encuestas hechas aquí en Portugal, que señalan que sólo uno de cada tres portugueses irá a votar el próximo 7 de junio.
Desinterés
No esconden su desinterés, dice la encuesta del Centro de Investigaçao e Análise em Relaçoes Internacionais: "Un 65% reconoce que ni siquiera sabe el día de los comicios. Y un 56% dice abiertamente que no va a ir a votar". Una contradicción si tenemos en cuenta que los portugueses, según datos del Eurobarómetro, confían más en las instituciones europeas que en las nacionales.
Aquí se presentan 13 formaciones políticas y citando las últimos datos, el 38% de los votos iría a parar al cabeza de lista del PS (socialistas) Vital Moreira, el 32% sería para el PSD (populares) con Paulo Rangel como candidato.
En clave de política interna -y antes de seguir con el repaso por el paisaje urbano en busca de algún matiz que hable de elecciones inminentes-, aquí al igual que ocurre en España, esta convocatoria sirve para ver por donde van los "castigos" de los ciudadanos a la hora de marcar su voto y echarlo a la urna.
Porque aquí también hay casos abiertos de presunta corrupción y cohecho, que afectan a algunos políticos, incluso que apuntan directamente al primer ministro, José Sócrates, como el Caso Freeport.
Además Portugal tiene las próximas legislativas previstas para después del verano. De hecho, algunos líderes de la oposición hablan ya de que esta puede ser "la primera batalla", "la primera gran oportunidad"...
Carteles electorales
El cartel de "periodista de servicio inspecciona la ciudad" vuelve a ponerse en marcha y sí, basta con detenerse a leer algunos carteles, esta vez electorales, para observar que los portugueses son muy directos a la hora de trasmitir sus mensajes; sobre todo, los de la izquierda que tienen fama de ser los más creativos.
Es curioso, porque ellos mismos reconocen que su carácter es más reservado que el de los españoles y, sin embargo, a la hora de hablar de campañas electorales sus mensajes no son tan neutros como los de sus vecinos, sino muchos más incisivos y atrevidos. Llama la atención uno en el que, en vez de ver las cabezas de los cabezas de lista, se ven dos hermosos gallos de pelea, y reza algo así como: "Pasamos de otra pelea de gallos", en referencia a que hay que cambiar "el gallinero parlamentario".
Hay otro que dice: "¡Porreiro, quién nos metió en esta crisis que nos saque!" He buscado porreiro en el diccionario y no viene, porque, me dicen los compañeros portugueses, que es jerga pura y dura, que viene a decir algo así como "cojonudo".
Hay uno que vuelve a la figura animal y enseña una avestruz con la cabeza escondida en el suelo y es para pedir que no haya abstención: "Saca la cabeza y ve a votar".