Un puñado de votos separan el 'sorpasso' de Rajoy de la resurrección de Zapatero
- Tres ex directores del CIS analizan para RTVE.es las perspectivas electorales
- Sitúan a ambos partidos en empate técnico y niegan una victoria arrolladora del PP
- Señalan la movilización del electorado socialista como decisivo en el resultado final
- La alta abstención y el castigo a los grandes partidos podría beneficiar a IU y UPyD
Estos días una imagen perdida en la memoria de Mariano Rajoy resurge en la calle Génova reflejando sus más íntimos deseos. Es la noche del 12 de junio de 1994 y el presidente del PP, José María Aznar, sale al balcón a saludar su primera victoria electoral tras dos derrotas seguidas en las elecciones generales. Ha sacado un millón y medio de votos y más de siete puntos al PSOE. Son las elecciones europeas, pero también el principio del fin del gobierno socialista.
¿Y si el 7 de junio fuese la fecha de su resurgimiento? Una crisis económica sin precedentes, cuatro millones de parados y la caída en la popularidad del presidente del Gobierno podrían ser síntomas. Sin embargo, las encuestas y los politólogos lo niegan.
"La apuesta del PP de poner todos los huevos en esa cesta tanto para ellos mismos como para el liderazgo de Rajoy dentro del partido puede ser contraproducente. No hay elementos de juicio para decir que se va a anotar una gran victoria", señala Julián Santamaría, catedrático de la Universidad Complutense y ex director del Centro de Investigaciones Sociológicas.
"No creo que el electorado esté preparado para dar un gran vuelco, yo no noto en la calle una pulsión de cambio", añade Ismael Crespo, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Murcia que también dirigió el CIS durante la primera etapa de Aznar.
La razón de fondo: que los ciudadanos no han perdido totalmente su confianza en Zapatero ni, en el otro lado, confían en Rajoy como alternativa.
Empate técnico
Por eso, la mayoría de las encuestas publicadas hasta el momento dan una ligera ventaja a los 'populares', cuyo electorado está más movilizado desde las elecciones de 2008 que el socialista, pero esa distancia no pasa del empate técnico. Más aún, en la encuestra preelectoral el CIS apunta a que los socialistas podrían vencer con un estrecho margen.
"Las elecciones está muy empatadas; los politólogos solemos decir que por debajo de los dos puntos de diferencia hay empate técnico, nadie se atreve a dar un vencedor claro y el resultado final va a girar en torno a ese empate, a no ser que se produzca una inhibición masiva de votantes socialistas", subraya Fernando Vallespín, catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid y también ex director del CIS.
Así las cosas, la pelota parece estar más en el tejado de los socialistas que en el de los populares. El electorado de los primeros es más volátil que el del PP, que es más fiel, pero el PSOE cuenta con la ventaja de que su margen para crecer es más amplio.
"El electorado del PP está más agotado y suelen sacar poco partido a la campaña, mientras que el PSOE sí tiende a crecer porque tiene una parte de sus votantes que oscila entre la abstención y el voto al PP y a los partidos minoritarios", diagnostica Crespo.
Abstención socialista
Para verlo sólo hay que echar un ojo a la encuesta del CIS. Aproximadamente un tercio de los encuestados afirmaba que aún dudaba a qué partido votar y de los que contestaron la mayoría dudaba entre los socialistas y otros partidos o entre el PSOE y la abstención.
En la misma línea, Julián Santamaría destaca que esa encuesta resalta que hay mucha más gente del PP que tiene decidido su voto que la del PSOE.
En este marco se encuadra la reciente campaña lanzada por el PSOE, con vídeos muy polémicos que giran en torno a la oposición izquierda-derecha y que buscan descaradamente dar un empujón final hacia las urnas a sus deprimidas bases electorales.
Sin embargo, para Fernando Vallespín este tipo de estrategias no hacen efecto en el electorado de cara a las elecciones europeas, ya que el ciudadano es consciente de lo que se juega realmente en ellas (el equilibrio de poderes en la eurocámara) y que no se traducirá en que el PP gobierne o siga en la oposición.
Uno de los objetivos de la resurrección del 'que viene la derecha' es que el electorado de Izquierda Unida siga votando al PSOE, tal y como hizo en las elecciones de 2008.
¿El momento de IU y UPyD?
De hecho, estas elecciones pueden tener un efecto positivo en la coalición de izquierdas que, como partido minoritario de implantación nacional, tiene la posibilidad de reafirmarse, al igual que Unión, Progreso y Democracia.
"La incógnita está en si Rosa Díez superará a Cayo Lara, ya que puede atraer tanto el voto disidente del PP como el del PSOE", subraya Vallespín.
Por contra, Santamaría no cree que ese despegue se produzca y cuestiona incluso que UPyD entre en la eurocámara, al igual que hace el CIS, que la deja fuera.
Mientras tanto, tanto Coalición por Europa como Europa de los Pueblos se mantienen en unos indicadores estables respecto a sus resultados en 2004, de forma de que la verdadera incógnita será si el PP logra dar el 'sorpasso' y vencer al PSOE, aunque sea por un puñado de votos.
Si es así, los 'populares' podrán decir que es un cambio de tendencia, mientras que los socialistas se escudarán en la mala situación económica. Una victoria pírrica socialista colocaría a Rajoy en más aprietos, pero serían leves si al menos reduce la distancia qe hubo con el PSOE en 2004.
El que la balanza caiga de uno u otro lado dependerá de la movilización, pero también de factores externos: el impacto de los casos de corrupción en el PP, se pregunta Vallespín; algún dato negativo o la caída precipitada de alguna caja de ahorro, apunta Crespo. La respuesta, el 7 de junio.