Amnistía denuncia que "bajo la crisis económica hay una explosiva crisis de derechos humanos"
- Amnistía Internacional presenta su informe sobre el estado de los derechos humanos
- Analizados 157 países, se retrata una "explosiva" crisis mundial de derechos
- Piden que se invierta lo mismo en DDHH que a la hora de atajar la crisis financiera
- Aseguran que las peores violaciones de los DDHH se registran en países del G-20
- AI lanza una nueva campaña bajo el lema 'Exige Dignidad' destinada a combatir la pobreza
- Lee el encuentro digital con la presidenta de Amnistía Internacional España
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En el mundo falta agua no contaminada, comida, empleo, tierra y vivienda, millones de personas sufren inseguridad, xenofobia, racismo, violencia y represión...El panorama, según denuncia Amnistía Internacional (AI), conforma una crisis mundial que va más allá de una recesión económica, se trata de una "explosiva" crisis de derechos humanos.
En su informe anual esta organización recoge las situaciones de inseguridad y discriminación que han detectado en 157 países y territorios del mundo durante el 2008.
La secretaria general de esta ONG, Irene Khan, denuncia que la recesión financiera internacional cumple el mismo patrón que el cambio climático: los ricos destruyen pero son los más desfavorecidos los que sufren.
Por eso, AI reclama a los países ricos el mismo impulso que han tenido para combatir la quiebra de bancos. Exige que inviertan en derechos humanos con la misma determinación con la que se invierte en crecimiento ecónómico.
Recesión, represión
Amnistía Internacional retrata un mundo donde los derechos humanos siguen siendo sólo buenas intenciones. Un mundo donde aumenta el número de personas que se ven obligadas a vivir en condiciones de vida cada vez más precarias, lo que provoca que crezcan las tensiones sociales y la represión política.
A los problemas económicos se suma una crisis alimentaria que se agrava aún más por la discriminación, la manipulación política en la distribución de alimentos, la obstrución en el reparto de la ayuda humanitaria y los conflictos armados que existen en muchas zonas del mundo.
La secretaria general de la organización nos advierte: "caminamos sobre un polvorín de desigualdad, injusticia e inseguridad que está a punto de estallar" y recuerda que "el mundo necesita un liderazgo diferente, un modelo distinto de política y también de economía, algo que funcione para todas las personas, y no únicamente para unos pocos privilegiados".
Desde Afganistán hasta Zimbabue
Si los derechos humanos se pisotearon en nombre de la seguridad, ahora, lamenta Amnistía, "se relegan al último puesto en nombre de la recuperación económica".
Países como Brasil, México o La India, a pesar del crecimiento económico, niegan sus comunidades indígenas y otros grupos marginados derechos básicos de acceso a la sanidad o la educación. El hambre y las enfermedades han aumentado por la drástica subida de los precios de los alimentos, y los gobiernos, como el de Myanmar, Corea del Norte y Zimbabue, utilizan la comida como arma política.
El informe de AI llama la atención también en la discriminación y la violencia que sufren las mujeres en todo el mundo y subraya la situación de indefensión en la que se encuentran los inmigrantes sometidos a medidas cada día más restrictivas por parte de la UE, o los gobiernos como los de Mauritania, Marruecos y Libia, que tratan de mantenerles fuera de sus fronteras.
En España, según esta ONG, el control migratorio está poniendo en peligro los derechos de los inmigrantes y solicitantes de asilo. Sólo en el 2008, 67.000 personas arriesgaron su vida en el mar, para salir de la pobreza.
Exige Dignidad
Amnistía señala con el dedo directamente a los países del G-20 como responsables de la crisis de derechos humanos que padece el mundo y reclama a los líderes de los países más ricos que dejen a un lado sus dobles raseros, para dar ejemplo aportando soluciones que tengan en cuenta los derechos humanos.
En particular piden a EE.UU. que suscriba el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y a China que ratifique el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Para romper el círculo de la pobreza y la exclusión social, la organización lanza una nueva campaña mundial bajo el lema 'Exige Dignidad', que tiene previstotrabajar por acabar con los asentamientos precarios, los desalojos forzosos y la mortalidad materna, además de exigir a las empresas que rindan cuentas de los abusos contra los derechos humanos.