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El Mundo en 24 horas

Somalia. Cuerno quemado

  • "El Mundo en 24 horas" analiza la oleada de violencia que sacude Somalia
  • Los combates en la capital, Mogadiscio son los peores en meses
  • El saldo del enfrentamiento entre moderados e islamistas alcanza los 200 muertos

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Somalia. Cuerno quemado. El Mundo en 24 horas

Quemado y arrasado por la violencia, sacudido por el hambre y la pobreza, y olvidado habitualmente por Occidente, el llamado Cuerno de África vuelve a llamar la atención del mundo civilizado.

Somalia lleva unos meses siendo noticia por la actividad prolífica de sus piratas. Se lanzan al océano Índico a la caza y captura de todo tipo de buques para después exigir el pago de rescates desorbitados... y cobrarlos. Pero el mensaje más inquietante detrás de los numerosos abordajes en alta mar está en tierra firme. La impunidad con la que se actúan los piratas desde Somalia indica que algo no marcha bien en el país. El gobierno no tiene capacidad de controlarlos. De hecho, no controla ni sus aguas, ni su territorio.

Desde el derrocamiento del dictador Siad Barre, en 1991, la convulsa Somalia ha dado aún más tumbos. Una maraña de señores de la guerra, clanes y grupos religiosos ejerce el poder de facto en distintas zonas del país. Dependiendo del momento y las circunstancias, algunos de esos grupos han unido sus fuerzas en contra de enemigos comunes o se han cambiado de bando.

El actual presidente del gobierno interino de Somalia y el líder de Al Shabab, la principal milicia opositora, a la que EEUU considera vinculada a Al Qaeda, formaron parte hace pocos años de la Unión de Tribunales Islámicos. Ahora, parece imponerse el enfrentamiento entre las visiones más moderadas y radicales del Islam. Pero las líneas divisorias son muy delgadas. Hace unos días, Yusuf Mohamed Siad, alias Inda'ade, se pasó con sus milicianos al bando de los moderados, al del gobierno transitorio.

La Unión Africana apoya con 4.300 soldados (insuficientes, a tenor de los hechos) a las autoridades provisionales. También se ha implicado (incluso militarmente) a su favor en varias ocasiones Etiopía, mientras que Eritrea está acusada por la comunidad internacional de armar a los insurgentes radicales.

Da la sensación de que el vecindario de Somalia, inmerso aún en sus propias rencillas, aprovecha el tablero somalí para continuar partidas cerradas en falso (la guerra entre Etiopía y Eritrea).

Los países occidentales, una vez que han visto afectados sus intereses de manera directa, en forma de repetidos abordajes, están centrados en llenar el océano índico de buques de guerra y aviones. Parecen tener menos prisa para buscar soluciones (que no empeoren la situación, a ser posible) a la raíz del problema, a la inestabilidad de un país que, hundido como está en la mayor de las miserias, más que en el cuerno, está en la cola de África.

El botín de los piratas da para mucho. Ahora, también Hollywood va a sacar provecho de sus correrías. Una conocida productora acaba de anunciar que ha adquirido los derechos de la historia del capitán de un barco estadounidense que fue capturado el mes pasado y que se ofreció a los piratas a cambio de las vidas de sus marineros.

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