El periodista Manu Leguineche recibe el homenaje de la profesión en el marco de los Premios "Cirilo Rodríguez"

• El periodista ha recibido un homenaje de los compañeros de profesión
• Han participado 23 de los 25 periodistas que han recibido el prestigioso galardón
• Leguineche ha lanzado un mensaje positivo a las futuras generaciones de periodistas
• Dice que en su carrera como corresponsal ha primado "la emoción sobre la devoción"

El periodista Manu Leguineche ha recibido el homenaje de sus compañeros de profesión en el transcurso de la XXV edición del premio periodístico "Cirilo Rodríguez" convocado por la Asociación de la Prensa de Segovia y que distingue la labor de los corresponsales españoles en el extranjero.

El corresponsal de La Vanguardia en América Latina, Joaquim Ibarz, ha ganado el premio en una noche protagonizada por un homenaje al maestro Leguineche. El corresponsal en Jerusalén de TVE, Oscar Mijallo, y el delegado de la Agencia EFE en Manila y responsable de la información en el Sudeste Asiático, Miguel Frau Rovira, han sido los finalistas de este premio. 

El acto, presentado por el actor Carmelo Gómez, contó con la participación de 23 de los 25 periodistas que han recibido este prestigioso galardón, que en su primera edición recayó en el decano de los enviados especiales en 1984.

Leguineche subió al escenario del auditorio del Parador de Turismo de Segovia sobre una silla de ruedas y en medio de una clamorosa ovación de las más de 300 personas que asistieron al acto.

Posteriormente, y en una breve conversación con el actor que encarnó al cámara Márquez en la película "Territorio Comanche", Leguineche ha querido trasladar un mensaje positivo a las futuras generaciones de periodistas, a quienes pidió "más optimismo en un momento en el que la profesión se ha ido deteriorando".

"Los jóvenes tienen que superar estos problemas que ahora atravesamos -ha asegurado- y para ello sepan que cuentan con toda mi ayuda aunque las nubes y las desesperanzas no se disipen".

Leguineche ha asegurado que en su carrera como corresponsal "ha primado la emoción sobre la devoción" y ha señalado que las guerras a las que ha asistido "nada tienen que ver con lugares donde se busca la felicidad, sino que remiten a la sensación de pérdida y de desastre".