Cuba no volverá a la OEA por ahora
- Los ministros de Exteriores americanos han negociado largas horas la cuestión
- La reunión se ha levantado con un "acuerdo de núcleo, pero no en la forma"
- En el fondo, sobre la mesa estaban dos concepciones de la política internacional
- Cuba fue expulsada del principal órgano interamericano tras la revolución castrista
Cuba no volverá por ahora a la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA). La cuestión ha acaparado los debates durante largas horas de debate, pero iba más allá: son dos concepciones distintas las que estaban sobre la mesa en la reunión de San Pedro Sula, en Honduras.
La mayoría de los países latinoamericanos apoya el regreso de Cuba al al principal organismo del sistema interamericano, del que fue expulsada en 1962 acusada de aliarse con el "bloque chino-soviético".
También está de acuerdo Estados Unidos, país que sigue siendo el más influyente en la OEA, pero quiere que antes de ese regreso el régimen de La Habana inicie una serie de "reformas democráticas". Esta postura es compartida por los países más próximos a Washington.
Otros países, encabezados por Venezuela y Nicaragua, quieren que simplemente se declare nula la expulsión de 1962, reconociendo así implícitamente que fue un error histórico y reintegrando automáticamente a Cuba.
Argumentan que nadie debe inmiscuirse en los asuntos internos o en el modelo político de cada cual y recuerdan que durante los años sesenta, setenta y ochenta, Washington no exigió pedigrí democrático ni respeto de los derechos humanos a las dictaduras que jalonaban toda América Latina.
Desde Cuba se responde que nadie tiene que darle lecciones de democracia y que no tiene ningún interés por volver a la OEA, aunque el gobierno cubano sí observa con satisfacción el debate y el resquebrajamiento de la unanimidad que tradicionalmente imponía Washington en ese organismo.
"Aquí hay una cosa importante, todos están de acuerdo en que es necesario rescindir la resolución del 62, en lo que no hay acuerdo es en cómo hacerlo, con qué palabras sacarlo", había declarado el ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Celso Amorim, poco antes de levantar la reunión.
"En el núcleo hay un acuerdo, pero en la periferia no". Amorim, quien tenía previsto abandonar la Asamblea General de la OEA por la tarde, prolongó su estancia en Honduras para seguir negociando con sus colegas, algo que no hizo su homóloga estadounidense, Hillary Clinton, que salió rumbo a Egipto para unirse a Barack Obama en su primera gira por Oriente Medio.