Las siete incógnitas del 7-J
- La participación y qué grupo político será el más votado, entre cuestiones abiertas
- El ascenso de la extrema derecha y el sentido del voto irlandés, lo que más preocupa
- Los gobiernos nacionales, especialmente el británico, se someten a examen
- En España, el PP busca dar el vuelco y los partidos minoritarios lograr su hueco en la Eurocámara
- Más información sobre las elecciones europeas, en nuestro especial
¿La participación en las elecciones europeas seguirá en caída libre y llegará a un mínimo histórico?¿El avance de la ultraderecha holandesa se extenderá como una mancha de aceite a otros países?¿El Partido Popular Europeo seguirá siendo la mayor fuerza del parlamento o la escisión de los 'tories' británicos le pasará factura y cederá el paso ante los socialdemócratas?
Además, otros temas más domésticos están en juego, como el precio político que tendrá la crisis para los partidos gobernantes, la posible debacle electoral de Grodon Brown, el efecto de las fotos de Berlusconi en las elecciones italianas o el carácter de primera vuelta para las generales que tienen las europeas en Alemania.
Éstas son las siete incógnitas del 7-J:
1) ¿La abstención seguirá en caída libre o se recuperará tras el batacazo de las últimas elecciones? En 2004 votó el 45,47% de los europeos, mientras que en las primeras elecciones, celebradas en 1979, lo hizo casi el 62%. Desde entonces, la caída ha sido continuada en cada elección. Los sondeos pronostican una participación en torno al 40%, que incluso podría caer por debajo de esta cifra.
2) ¿La mayoría del Parlamento seguirá siendo de centro-derecha?
Eso vaticinan las encuestas previas realizadas, que esbozan una ligera caída del PPE y de los socialistas europeos. Sin embargo, la formación de un bloque de derechas euroescéptico, con los tories británicos, la derecha polaca y la checa puede reducir las distancias entre los dos grandes grupos. En el otro lado, los socialistas franceses, que lograron muy buenos resultados en 2004, los laboristas británicos y la izquierda italiana tienen malas perspectivas electorales.
3) ¿Habrá voto de castigo a los gobiernos nacionales por la crisis?
Por ahora, los datos que se manejan no indican eso y muestran, más bien, castigos concretos por situaciones muy puntuales. Los democristianos alemanes, la derecha de Berlusconi y la UMP de Sarkozy se perfilan como claros ganadores. Sin embargo, los laboristas británicos podrían sufriri un descalabro, al igual que el partido gobernante en Irlanda.
4) ¿Qué papel tendrá la ultraderecha en el próximo parlamento?
Los datos en Holanda, donde el Partido de la Libertad ha quedado en segundo lugar, no son alentadores sobre este aspecto. En Austria, los dos partidos de ultraderecha podrían crecer a costa de los de la coalición gobernante, mientras que en Reino Unido la derecha euroescéptica y secesionista apunta al segundo puesto. En el otro lado, el Frente Nacional francés podría perder apoyos, al igual que los nacionalistas xenófobos flamencos en Bélgica.
5) ¿Servirán estas elecciones para apuntalar el Tratado de Lisboa en Irlanda y Chequia?
Los irlandeses votarán en referéndum el próximo otoño el tratado tras rechazarlo hace un año mientras que el presidente checo, Vaclav Klaus, se niega a firmarlo pese a que ha sido aprobado por las cortes. Una baja participación en Irlanda, junto al ascenso de los euroescépticos de Libertas podría enviar una señal muy negativa de cara a esta decisiva consulta.
6) En España, ¿el PP ganará al PSOE por la crisis y, si lo hace, lo hará por amplio margen? Las encuestas publicadas por los medios españoles apuntan a una victoria por la mínima de los 'populares', aunque algunas no destacan una victoria socialista. Hace cinco años, el PSOE venció por una escasa diferencia, que se podría repetir a la inversa en esta ocasión.
7) ¿Entrarán UPyD e Iniciativa Internacionalista en el Parlamento Europeo?
En el primer caso, casi todos los medios coinciden en otorgarle un escaño al partido de Rosa Díez, aunque el CIS lo descarta. En el caso de Iniciativa Internacionalista, los datos de las últimas elecciones no hacen prever su entrada en la cámara europea, aunque un apoyo inesperado en otras regiones, como Cataluña o Galicia, podría hacer que diese la sorpresa al tratarse de una circunscripción única.