Un grupo de laboristas intentará forzar la dimisión de Brown mientras éste visita Normandía
- Unos 60 laboristas preparan este fin de semana una carta para pedir su cese
- Gordon Brown está en las celebraciones del 65 aniversario de Normandía
- Algunos medios hablan de revuelta en su Gobierno cuando termine la remodelación
- Un diario le acusa de fraude y Brown devuelve 200 euros al Parlamento para despejar dudas
Los rebeldes laboristas preparan este fin de semana su estrategia para forzar la sustitución del primer ministro británico, Gordon Brown, al frente del partido después de que éste asegurara el viernes estar decidido a agotar la legislatura.
Entre sesenta y setenta diputados podrían firmar una carta que circula por el Parlamento y en la que piden la dimisión de Brown, según ha dicho al diario "The Guardian" uno de los conjurados.
Este sábado, Brown se encuentra en las celebraciones del 65 aniversario del desembarco aliado en Normandía, pero los rebeldes no se dan por vencidos,
según varios medios británicos, sino que están dispuestos a plantear batalla.
Según el periódico, los rebeldes mantienen este fin de semana conversaciones con los partidarios de Alan Johnson, el único laborista bien visto en los
distintos sectores del partido y en el que algunos ven a un posible sustituto de Brown.
Pero Johnson, a quien el primer ministro nombró el viernes al frente de la cartera del Interior, en sustitución de la dimitida Jacqui Smith, ha asegurado
una y otra vez que no tiene más ambición que seguir sirviendo como ministro.
Una posible revuelta laborista
Se espera, sin embargo, que el lunes los rebeldes publiquen la lista de los signatarios de la carta y que esa misma noche se intente llevar a cabo una
votación secreta sobre el liderazgo del partido.
Según algunos medios, Brown puede enfrentarse también a una peligrosa revuelta por parte de cargos de su gobierno cuando complete la remodelación
ministerial en los próximos días.
Un preludio de lo que puede pasar es lo ocurrido con la secretaria de Estado para Europa, Caroline Flint, quien, despechada por no haber sido promovida
por Brown, y tras haberle prodigado elogios el día anterior, echó sobre él todo su veneno.
En su carta de dimisión, Flint, amiga de la también dimitida ministra para las Comunidades, Hazel Blears, acusó a Brown de tratar a las mujeres de su Gobierno como "floreros" sin tomarlas en serio.
Pese al anuncio, el viernes, de su nuevo gabinete en un esfuerzo desesperado por limitar daños, Gordon Brown ha perdido autoridad a ojos vista.
Así lo demuestra, entre otras cosas, el hecho de que se viera obligado a mantener en sus puestos a los titulares de Exteriores, David Miliband, y de
Finanzas, Alistair Darling, ante la negativa de ambos a cambiar de ministerio.
Brown devuelve al Parlamento 200 euros
El primer ministro británico, Gordon Brown, ha devuelto 180 libras (205 euros) al Parlamento después de que un diario le acusase de presentarindebidamente facturas eléctricas
y gastos de comunidad por su segunda residencia.
Según el diario "The Daily Telegraph", algunas de las facturas correspondían a la que casa que tiene en su circunscripción escocesa de Fife, a la que
representa en la Cámara de los Comunes.
En septiembre del 2006, Brown, entonces ministro de Finanzas, cambió de domicilio en Londres y se trasladó a vivir a una residencia oficial en Downing
Street, vecina de la ocupada por el jefe del Gobierno (entonces Tony Blair).
Según el diario británico, Brown presentó entonces diversas facturas correspondientes tanto a su domicilio particular de Londres como a su casa de Fife,
algo que el Primer Ministro niega.
El jefe de Gobierno explicó a través de un portavoz que había aceptado devolver ese dinero para evitar "cualquier sombra de duda" pero aseguró seguir en
todo momento "las reglas y los procedimientos" parlamentarios para ese tipo de gastos y haber "presentado disculpas por cualquier error involuntario"
que hubiera podido cometer.