Obama recuerda que el Desembarco de Normandía salvó al mundo del mal y la tiranía
- Barack Obama y Nicolas Sarkozy homenajean a los hérores del Día-D
- Afirma que "la valentía y el altruismo de unos pocos pudo cambiar el curso de todo un siglo".
- Ambos mandatarios han reclamado el fin del armamento nuclear en Irán y Corea del Norte
- El presidente de EE.UU. ha recordado a su abuelo, que también combatió en Normandía
- Normandía es la última parada de una gira por Arabia Saudí, Egipto, Alemania y Francia
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El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha rendido homenaje a los héroes del Día-D, y ha afirmado que el asalto a las playas de Normandía, hace 65 años, ayudó a que el mundo se salvase del mal y la tiranía.
Dirigiéndose a unos encorvados y canosos veteranos, Obama ha dicho que la Segunda Guerra Mundial representó un momento especial en la Historia, cuando las naciones lucharon juntas contra una ideología asesina.
Obama ha definido el desembarco como "un momento y un lugar en el que la valentía y el altruismo de unos pocos pudo cambiar el curso de todo un siglo".
Su visita a Normandía se produce al final de una rápida gira por Arabia Saudí, Egipto, Alemania y Francia, donde Obama ha intentado un acercamiento al mundo musulmán y presionar en favor de la paz entre Israel y Palestina.
Ha pronunciado su discurso en el cementerio de Coleville, donde descansan los restos de 9.387 combatientes estadounidenses, y ha afirmado que la guerra contra la Alemania Nazi allanó el camino para los siguientes años de paz y prosperidad.
El principio del progreso del siglo XX
"Entonces no se sabía, pero gran parte del progreso que define el progreso del siglo XX, a ambos lados del Atlántico, llegó a partir de la batalla por una porción de playa de sólo seis millas de largo por dos de ancho", ha agregado Obama.
Desde el cementerio de Colleville, que está repleto de cruces y estrellas de David blancas, se puede ver la playa de Omaha, donde las tropas aliadas tomaron tierra el 6 de junio de 1944, y sufrieron el mayor número de bajas de la contienda contra los nazis, que disponían de un fuerte dispositivo de bloqueo.
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, el primer ministro británico, Gordon Brown, y el primer ministro candiense, Stephen Harper, han compartido con Obama la ceremonia, que se ha desarrollado en un día soleado, en contraste con las tormentas y los vientos que marcaron el Día-D.
Obama ha querido así limar las asperezas con Francia y otros países europeos, en contraste con el distanciamiento de su predecesor, George W. Bush, que mantuvo una diplomacia marcada por el unilateralismo en cuestiones como la Guerra de Irak o el cambio climático.
Freno a la carrera nuclear de Irán y Corea del Norte
Antes ha mantenido un encuentro con Sarkozy, en el que ambos han afirmado su determinación para evitar que Irán desarrolle un arsenal de armas nucleares. Obama también ha prometido una actitud intransigente con Corea del Norte, que realizó una prueba nuclear el mes pasado.
En su discurso, Obama ha agregado que el Día-D mostró que el destino de la humanidad no está determinado por fuerzas que escapan a su control, sino por elecciones individuales y acciones colectivas.
Recuerdo para su abuelo, combatiente en Normandía
En un plano más personal, el presidente de EE.UU. ha mencionado a su abuelo, Stanley Dunham, que llegó a Normandía un mes después del Día-D, y a su tío abuelo, Charles Payne, que estuvo en la primera división americana y que también ha acudido al acto.
"Ningún hombre que haya derramado su sangre o que haya perdido a un hermano puede decir que la guerra es buena. Pero todos sabemos que esta guerra fue esencial", ha agregado.
La visita de los presidentes estadounidenses a Normandía se ha convertido en una tradición que además refuerza los vínculos transatlánticos. Ronald Reagan acudió en 1984; Bill Clinton estuvo en 1994; y George W. Bush acudió en 2002 y 2004.
Obama ha añadido al respecto que "no soy el primer presidente americano que viene a recordar este aniversario, y es probable que no sea el último".