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"Tal vez los excesos hayan pasado alguna factura"

  • Berlusconi culpa a Kaká y a su mujer de no alcanzar el 40% de los votos
  • La Liga Norte es el tercer partido en Italia y el segundo en Lampedusa
  • El partido de "Il Cavaliere" consigue una inesperada victoria en Nápoles

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Italia sigue contando votos. Este país vive a golpe de encuentro electoral, que se reproduce varias veces al año. Las urnas llaman a europeas, generales, regionales, provinciales y locales, en momentos distintos. Entre la multitud de procesos y el tiempo que les lleva contarlo, el almanaque del país muy bien pudiera ser una historia de comicios.

En cuanto a las europeas, hay poco más que añadir a lo que ya hemos contado. Berlusconi frena su ascensión al Olimpo del 40%, con lo que hubiera conseguido convertir su partido-amalgama en una fuerza sólo comparable con la de la Democracia Cristiana de los años 50 en Italia. "Il Cavaliere" ha culpado a su mujer y a Kaká de que su sueño deba esperar.

Se ha quedado a 5 puntos. Tal vez los excesos hayan pasado alguna factura electoral en este país católico pero que, cuando acude a las urnas, piensa en quién puede ser su mejor legislador, independientemente de si tiene o no un puesto en el infierno, en la próxima vida.

De todas formas, pasa de 25 a 29 parlamentarios. Y eso, con el reajuste que ha obligado a todos a elegir menos parlamentarios.

Los socios en el gobierno de Berlusconi, La Liga Norte, se aúpa al tercer lugar por preferencias en el electorado. Pero la Liga ya no es lo que era o el país se ha vuelto loco.

¿Cómo puede explicarse que una fuerza de carácter xenófobo y nacionalista que defiende a ultranza los valores de la Padania y quiere escapar de Italia se convierta en la segunda fuerza en Lampedusa?

Sí, el partido de Umberto Bossi ha pescado en las aguas del estrecho de Sicilia hasta convertirse en el segundo partido de la isla.

Y en cuanto a las elecciones a los entes locales, el titular más destacado es que, en este momento, el Partido Democrático pierde uno de sus feudos. Nápoles lo gana el partido de Berlusconi que, en un año, ha conseguido retirar buena parte de la basura de sus calles y poner en marcha una incineradora que nadie llegaba a inaugurar.

Es el pago de los electores por encima de que Nápoles viera el nacimiento del último folletín de polémicos con la asistencia de Silvio al cumpleaños de Noemí Leticia en la ciudad de la campaña.

El Pueblo de la Libertad gana Nápoles dentro de un avance en general de la derecha italiana que, no obstante deberá ser refrendado en una segunda vuelta en muchos lugares donde los partidos ganadores no han alcanzado el porcentaje mínimo de ventaja para eludir la segunda vuelta.