Un sacerdote popular durante años por su fundación para niños pobres
- Se ordenó sacerdote con el lema "el padre de los que no tienen padre"
- Recibió numerosas subvenciones y donaciones para crear su fundación para niños
- Acaparó numerosas apariciones en los medios de comunicación
- Su suerte empezó a torcerse con una denuncia por fraude de la que fue absuelto
- La denuncia de pederastia salió a la luz gracias a una investigación periodística
El sacerdote católico argentino Julio César Grassi, condenado a 15 años de cárcel por abuso de menores, llegó a gozar de una gran popularidad durante la década pasada al calor de una fundación que albergó a miles de niños y adolescentes pobres.
El "padre de los que no tienen padre", el lema que eligió al ordenarse sacerdote, utilizó sus contactos políticos y empresariales para crear en 1993 la Fundación "Felices Los Niños", que logró integrar más de 50 hogares con unos 6.300 jóvenes.
Domingo Cavallo, ministro de Economía durante los gobiernos de Carlos Menem (1989-1999) y Fernando de la Rúa (1999-2001), por ejemplo, aportó a la organización un subsidio estatal de 4,5 millones de dólares y 65 hectáreas para la construcción de la fundación.
Bajo el paraguas de esta fundación, que también recibía abultadas donaciones de empresarios, el padre Grassi pasó a ser una cara y una voz repetidas con sus numerosas apariciones en los medios de comunicación, hasta que una investigación de un programa televisivo lo dejó al borde del abismo.
Trabajo con los pobres
Julio César Grassi nació el 14 de agosto de 1956 en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora. A los 14 años se hizo catequista y poco tiempo después comenzó a trabajar en barrios pobres del populoso cordón urbano que rodea a la capital del país.
Terminados sus estudios secundarios se inclinó por el profesorado de Filosofía y Ciencias de la Educación hasta que, en 1987, se ordenó sacerdote.
Tras un tiempo de reclusión en una iglesia de la provincia austral de Tierra del Fuego, Grassi regresó a la capital argentina dispuesto a crear la fundación que, con el correr del tiempo, creció hasta convertirse en una de las obras benéficas que mayor cantidad de dinero manejó en el país.
Caso de presunto fraude
Pero la suerte comenzó a esquivarle en 1999, cuando el sacerdote se vio involucrado en un caso de presunto fraude contra su fundación por parte de una empresa que tenía como uno de sus principales directivos a Jorge Rodríguez, por entonces novio de la famosa presentadora de televisión Susana Giménez.
Grassi adujo entonces que a Felices Los Niños le habían dado menos dinero que el estipulado mediante un sistema de concursos telefónicos que se realizaban en el programa de la popular diva argentina. El caso llegó a juicio oral y público, y tanto Rodríguez como sus socios fueron absueltos.
Denuncia a través de la prensa
A finales de 2000 una serie de denuncias anónimas relacionaron a Grassi con delitos sexuales cometidos contra menores.
La causa no avanzó por falta de pruebas, pero en 2002 un programa de televisión del Canal 13 logró conmover a la opinión pública con una pormenorizada investigación que incriminaba como pederasta al sacerdote salesiano.
El escándalo llegó por esos días a tal extremo que Grassi debió escaparse de los estudios del Canal 9 cuando la policía fue en su búsqueda con una orden de arresto, apenas instantes después de formular su descargo en la television.
El cura se entregó al día siguiente, posteriormente fue excarcelado y pasó sus días en libertad hasta que el 19 de agosto del año pasado comenzó a ser juzgado por 17 hechos de abuso sexual y corrupción de menores.
La Fiscalía lo llamó "perverso, abusador, cínico y mentiroso", un abogado querellante lo consideró "pedófilo compulsivo" y "antisocial que no siente culpa", y Grassi se declaró "inocente" y víctima de una "campaña armada" en su contra.