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El archipiélago de Palaos recibirá de EE.UU. 10.000 dólares por habitante y 17 presos de Guantánamo

  • La ex colonia estadounidense y española está lista a acoger a un grupo de reos
  • El presidente de Palaos explica que serán libres pero estarán vigilados
  • Esta entrega genera "más preguntas que soluciones" según Amnistía Internacional
  • Los reos son musulmanes chinos que Pekín reclama e impide entregar a otros países
  • El archipiélago no tiene nada que perder al no tener relaciones diplomáticas con China
  • Washington dice que su millonaria ayuda al desarrollo no está condicionada al acuerdo

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El anuncio de la remota nación de Palaos (en el Pacífico Sur) de que aceptará a los 17 presos chinos uigures de Guantánamo genera muchas dudas: "más que soluciones", según Amnistía Internacional. Otros se preguntan por el coste de un acuerdo que Washington no da por cerrado, aunque ha anunciado una ayuda millonaria al país.

Por su parte, el Gobierno de Palaos, de acoger finalmente a los presos, dice que estos serán libres, aunque serán vigilados por su propia seguridad.

La semana pasada, Washington solicitó a su ex colonia y antaño posesión española, que acogiera a los presos por el rechazo de la oposición republicana a que fueran encarcelados en EE.UU. después de que el presidente Barack Obama anunciara el cierre de Guantánamo.

En el 2004, el Pentágono concluyó que no eran "combatientes enemigos" pero los mantuvo encarcelados a la espera de que un tercer país les diera refugio, lo que no ha conseguido hasta ahora. Entre los rechazos, destaca el caso de Canadá, que se ofreció a acogerles aunque el plan de desestimó por la oposición del Gobierno chino.

Sólo un país había aceptado hasta ahora: Albania, que en el 2006 acogió a cinco del grupo inicial de 22, que fueron detenidos cuando huían de China por las montañas fronterizas con Afganistán en el otoño del 2001.

Corren peligro en China

Asustados por los bombardeos de EE.UU. contra los talibanes, se trasladaron hacia la frontera paquistaní donde fueron arrestados por cazarrecompensas que los vendieron a estadounidenses.

De regresar a su país, los 17 restantes se enfrentan a la pena de muerte por pertenecer al Movimiento de Liberación del Turkestán Oriental, tachado de grupo terrorista por Pekín.

La organización busca la independencia de la región occidental de Xinjiang, antaño dominada por musulmanes descendientes de los turcomanos y que contiene enormes reservas de recursos naturales expoliados por la etnia mayoritaria china de los han, según los uigures.

China niega cualquier tipo de persecución contra la minoría musulmana uigur y reitera que EE.UU. debe entregarles a los presos para que sean juzgados en su país.

Palaos no tiene nada que perder, ya que es uno de los pocos países que reconoce a Taiwán en lugar de China. Su presidente, Johnson Toribiong, ha dicho que actúan para que los uigures "puedan reanudar sus vidas con la mayor normalidad posible".

Más dudas

Sin embargo, Amnistía Internacional dice que esa acogida "genera más cuestiones de las que resuelve". "Después de haber estado detenidos en Guantánamo durante más de siete años, estos hombres necesitan algo más que medias soluciones temporales. Merecen una solución definitiva", ha afirmado laorganización.

Palaos es una diminuta república insular de apenas 20.000 habitantes situada 800 kilómetros al este de Filipinas en el Pacífico Sur que vive fundamentalmente del turismo tras alcanzar en 1994 su independencia formal de EE.UU.

El departamento de Estado estadounidense ha mostrado su agradecimiento a Palaos, aunque ha explicado que el acuerdo no está cerrado. "Aún estamos negociando", ha dicho el portavoz Ian Kelly, quien no quiso dar más detalles.

En todo caso, EE.UU. ha prometido dar al país 200 millones de dólares en ayuda al desarrollo, aunque Kelly recalcó que la asistencia "no está vinculada" a que Palaos acepte a los presos, según la agencia Efe. Haciendo un simple cálculo, son 10.000 dólares por habitante.

Libres pero vigilados

Por su parte, el Gobierno de Palaos ha asegurado hoy que tuvo en cuenta los derechos humanos y no la opinión de China cuando aceptó acoger a los 17 presos chinos. Así lo confirmó el presidente, Johnson Toribiong, quien señaló que su país dio el visto bueno a la solicitud de EEUU porque su actual encarcelamiento es ilegal, informó la radio de Nueva Zelanda.

Toribiong explicó que de ir finalmente a esta república insular, los reos serán libres aunque serán vigilados por su propia seguridad, y al carecer de pasaporte, no podrán salir del país.