Investigan cómo pudo un preso organizar un banquete en una cárcel de Nueva York
- Un preso judío celebra una fiesta de seis horas en prisión con 60 invitados
- El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, reconoce que la fiesta no debió celebrarse
- El preso, Tuvia Stern, fue encarcelado por robar 1,7 millones de dólares
Las autoridades de Nueva York investigan cómo un preso judío ortodoxo pudo celebrar en una cárcel de Manhattan una fiesta 'bar mitzvah' para su hijo, a la que acudieron 60 invitados, hubo música en vivo y se violaron múltiples normas de seguridad del centro.
El propio alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ha reconocido en declaraciones a la prensa que la fiesta no tendría que haberse celebrado y, según afirma The New York Times en su edición electrónica, se ha abierto una investigación y el rabino de la capilla de la prisión ha sido suspendido de sus funciones.
Esta semana The New York Post ha indicado que el preso Tuvia Stern, encarcelado por robar 1,7 millones de dólares y bien conectado políticamente, organizó el pasado diciembre en el gimnasio del Centro de Detención de Manhattan, la celebración del "bar mitzvah" de su hijo, una costumbre judía por la que los padres festejan la madurez de sus hijos adolescentes.
Seis horas de banquete y actuación musical en prisión
Para ello, y de acuerdo con la tradición judía, ofreció una recepción con comida 'kosher' (que cumple los preceptos de esa religión) durante seis horas y contrató los servicios de un grupo de música, así como de Yaakov Shwekey, un conocido cantante ortodoxo.
Al parecer, dos responsables del Departamento Correccional de la ciudad y los vigilantes de la prisión estaban al corriente de la celebración.
Los cerca de 60 invitados pudieron entrar con sus teléfonos móviles al recinto, conocido como "las tumbas", y la comida se sirvió en platos de vajilla y con cubiertos de metal, lo que supone en todos los casos una violación de las normas que rigen en el centro.
Según The New York Post, durante unas horas "la prisión fue como un club privado para un grupo de presos judíos ortodoxos, cuyo rabino en la capilla de la cárcel, políticamente bien conectado, les tiene acostumbrados a festines con carne asada, salmón y pollo con todos los adornos incluidos".
Rocambolesca huída
Stern, de 47 años, huyó a Brasil con su esposa y sus cinco hijos después de haber sido puesto en libertad provisional bajo una fianza de 250.000 dólares, mientras esperaba a ser juzgado junto a su hermano por el robo de 1,7 millones de dólares a través de dos estafas financieras.
En diciembre de 2006 fue detenido cuando trataba de entrar en el Reino Unido y devuelto a Estados Unidos en febrero de 2008, tras tramitarse el correspondiente proceso de extradición.
En el correccional de "las tumbas", según ha publicado The New York Post, "dos veces a la semana se descargaba un vehículo todoterreno lleno de comida para los presos judíos, incluidas sodas, salmón, pollo asado, carne asada, puré de patatas, verduras y dulces".
"Los reclusos judíos pueden cocinar y servir los alimentos y se les permite sentarse a la mesa y comer. Luego otros reclusos, normalmente negros o hispanos, van y limpian el lugar", añade el diario.