La personal mirada de Graciela Iturbide en la Fundación Mapfre de Madrid
La fotógrafa mexicana Graciela Iturbide es la protagonista de una retrospectiva en la Fundación Mapfre de Madrid.
"La fotografía me ha enseñado a mirar el mundo". Con esta afirmación resume su intensa trayectoria la artista mexicana, una de las fotógrafas más destacadas de la escena contemporánea internacional galardonada el pasado año con el Premio Hasselblad.
La exposición revisa el trabajo de Graciela Iturbide a través de 180 fotografías y permite contemplar la manera propia de mirar de esta fotógrafa.
"Yo trabajo todavía de manera analógica y me encanta ver mis contactos, sorprenderme y elegir. Esta exposición es como una nueva manera de ver mi obra", ha comentado la autora, para quien el fotógrafo interpreta lo que ve "pero el espectador tiene que hacer también su propia interpretación".
Graciela Iturbide (Ciudad de México, 1942)
Estudió en el Centro de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde asistió a cursos impartidos por el fotógrafo Manuel Álvarez Bravo.
Ha recibido numerosos premios a lo largo de su trayectoria, destacando entre ellos los de la Bienal Fotográfica del Instituto Nacional de Bellas Artes de Ciudad de México (1980) y el Mois de la Photo de París (1988), así como el Gran Premio Internacional de Hokkaido (Japón, 1990).
El encuentro con su maestro, Manuel Álvarez Bravo, ha marcado tanto su vida como su carrera, tal como ha reconocido Graciela, "Más allá de la fotografía, para mí ha sido fundamental la manera en cómo me enseñó a ver la vida. Me decía que había que ver más pintura que fotografía para aprender". Al "maestro" le importaba más que aprendiera a mirar que la técnica.
Hasta que murió en el año 2002, Iturbide le visitaba a menudo y releía la frase escrita en su laboratorio "Hay tiempo, hay tiempo", que tanto le repitió, "y que yo he intentado seguir toda mi vida. Ha sido una figura que me ha marcado no solo en la fotografía sino en la vida. Fue un maestro en el verdadero sentido de la palabra".
Repaso a cuarenta años de trabajo
Imágenes emblemáticas, como las que forman su proyecto sobre El baño de Frida, Mujer ángel, Nuestra Señora de las iguanas o El señor de los pájaros, forman una recorrido en el que se mezclan las referencias históricas, sociales y culturales, las tradiciones ancestrales, la naturaleza o los ritos.
La exposición hace un repaso por casi cuarenta años de una trayectoria prolífica, densa e intensa. "Desde sus inicios demuestra una manera muy personal de ver, en la que ha seguido una vía muy libre e independiente", según la comisaria Marta Dahó.
"Más allá de los temas que fotografía, su aportación es una dimensión cualitativa, un universo personal que revela en cada imagen. Su trabajo no lo realiza en series cerradas, sino que es una evolución en la que obras de distintas épocas dialogan entre sí".
La experiencia íntima y solitaria con el entorno son una constante en sus fotografías más recientes realizadas en México y en el sur de Estados Unidos, en la India y las últimas de Roma.