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El primer hombre de China no era un hombre

  • Un antrópologo se contradice a sí mismo en 'Nature' y dice que es un "simio misterioso"
  • Hace 25 años se hallaron los restos del llamado hombre de Wushan
  • Datado en dos millones de años, está considerado un antecedente del Homo erectus

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El primer hombre que habitó Asia probablemente no era un hombre, sino un extraño tipo de simio del que aún se desconocen datos. Ésta es la polémica conclusión que publica en el último número de la revista Nature el antropólogo Russel Ciochon, que hace quince años aseguró lo contrario en la misma publicación.

La afirmación no está exenta de polémica. Hace casi 25 años arqueólogos chinos descubrieron en la cueva de Longgupo, cerca del río Yang-Tsé, los restos de una mandíbula con dos molares que se convirtieron en la joya de la corona de la antropología de todo el continente asiático.

Ciochon, de la Universidad de Iowa, publicó en la portada de la revista Nature su conclusión sobre los restos de Longgupo: se trataba del primer homínido que llegó desde África a Asia, el antecedente del hombre asiático.

El estudio de los dientes demostraba, según el antropólogo, que se trataba de un ejemplar comparable en edad y morfología con los primeros representantes del género Homo (Homo habilis y Homo Ergaster), aunque era claramente más primitivo que el Homo erectus.

Los antropólogos chinos fueron más generosos y lo incluyeron en la especie del homo erectus como homo erectus wushanensis o, como es mundialmente conocido, el hombre de Wushan.

Eslabón perdido

Estudios posteriores dataron en hasta dos millones de años los restos de la cueva de Longgupo, situando este pequeño enclave del valle del Yang-Tsé, en el centro de China, como en el lugar del nacimiento de la especie humana en el continente más grande del planeta.

Sin embargo, Ciochon ha revisado los fósiles y ha llegado a la conclusión contraria. Esos restos no son humanos, por lo que a partir de ahora se centrará en el análisis de esta especie que pudo, a su juicio, haber poblado la China del Pleistoceno.

De ser cierta su teoría, se confirmaría que el Homo Erectus fue el primer homínido en habitar Asia hace aproximadamente 1,6 millones de años, 400.000 después de este extraño simio, que sería un eslabón perdido más.