La FAO advierte que 1.000 millones de personas pasarán hambre en 2009
- La FAO advierte que el número de personas que pasan hambre subirá un 11% este año
- El organismo atribuye a la crisis y el desempleo este aumento
- La mayor parte de la población desnutrida vive en países en vías de desarrollo
- La situación es peor en las ciudades, por lo que se prevé un éxodo al campo
Un total de 1.020 millones de personas pasarán hambre en 2009, lo que supone una cifra récord, según ha informado la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La FAO, en un comunicado emitido en Roma, donde tiene su sede, ha precisado que se prevé que este año el número de víctimas del hambre aumente un 11%.
Para establecer estas previsiones, la FAO se ha basado en los análisis del departamento de Agricultura de Estados Unidos.
La crisis, detrás del hambre
Este organismo atribuye ese aumento a la crisis económica mundial, que ha originado una disminución de los ingresos y un incremento del desempleo, lo que ha conllevado una reducción en el acceso a los alimentos por parte de los más desfavorecidos.
La mayor parte de la población desnutrida del planeta vive en países en vías de desarrollo, ha precisado esta organización.
En Asia y el Pacífico se calcula que unos 642 millones de personas sufren hambre crónica, 265 millones en África subsahariana, 53 millones en Latinoamérica y el Caribe, 42 millones en África del norte y Oriente medio y 15 millones en los países desarrollados.
Más dificultades en las ciudades
Desde la FAO se ha precisado que los pobres que residen en zonas urbanas serán los que tendrán más dificultades para hacer frente a la recesión mundial, ya que el descenso de la demanda de exportaciones y la reducción de la inversión extranjera directa causarán un aumento en el desempleo urbano.
No obstante, ha precisado que las áreas rurales deberán enfrentarse al problema que supondrá el regreso de parte de esa población urbana al campo.
Asimismo, la FAO ha manifestado que los países en desarrollo tendrán una menor capacidad de maniobra en esta crisis debido al rápido deterioro del contexto económico y a que las turbulencias afectan a todo el mundo de forma más o menos simultánea.
Esto limita la capacidad de recurrir a mecanismos reparadores para ajustarse a los vaivenes macroeconómicos, como la devaluación de la moneda o conseguir préstamos en el mercado internacional de capitales.