Una filial del Santander reclama a la agencia tributaria de EE.UU. 169 millones de euros
- La cantidad está relacionada con un préstamo concedido por Barclays a la entidad estadounidense
- Sovereign Bancorp asegura que pagó los correspondientes impuestos en el Reino Unido
- Informó de ello al Servicio Tributario Nacional de EE.UU. para evitar una doble imposición
Finalmente pagó un 57% de impuestos (el 22% en Reino Unido y el 35% de EE.UU)
El banco Sovereign Bancorp, filial del español Santander, ha demandado ante el Tribunal Federal de Boston a la agencia tributaria de Estados Unidos para tratar de recuperar 235 millones de dólares (169 millones de euros) que considera le fueron cobrados de forma errónea e ilegal, según informa el diario The Wall Street Journal.
El diario económico detalla en su edición digital que esa cantidad está relacionada con un préstamo de 1.150 millones de dólares concedido en 2003 y 2004 por el británico Barclays a la entidad estadounidense, con un interés de 3,3% el primer año y de 3,35% el segundo.
Sovereign Bancorp asegura que pagó los correspondientes impuestos en el Reino Unido y que luego informó de ello al Servicio Tributario Nacional de Estados Unidos (IRS, por su sigla en inglés) para evitar una doble imposición.
El IRS denegó la correspondiente compensación fiscal y rechazó la aplicación de las deducciones que el banco podía hacer en el pago de sus impuestos en este país, según detalla también el diario The Boston Globe.
Por ello, Sovereign Bancorp ha presentado una demanda contra el IRS, al que reclama los impuestos, multas e intereses cobrados en relación con esa cantidad y que, según sus cálculos, ascienden a 169 millones de euros.
Este tipo de acuerdos ha sido investigado recientemente por el IRS, que teme que, bajo su compleja estructura, estén diseñados para evitar el pago de impuestos en Estados Unidos.
Sin embargo, Sovereign sostiene que, sin este acuerdo, habría tenido que pagar en Estados Unidos un 35% de los ingresos generados por esos activos.
A través del acuerdo, pagó un 13% en Estados Unidos y otro 22% en el Reino Unido, con lo que en cualquiera de los casos hubiera pagado la misma cantidad.
Además, argumenta que, el hecho de que el IRS no le descontara lo abonado en el Reino Unido ha provocado que finalmente haya tenido que pagar un 57% de impuestos (el 22% pagado en aquel país y el 35% de Estados Unidos).