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Los italianos vuelven a las urnas quince días después de las europeas

  • El Gobierno somete a referéndum el cambio de la ley electoral
  • Propone la creación de dos grandes bloques en el Congreso y en el Senado
  • Para que la consulta tenga validez, deben votar más de la mitad de los electores

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Cincuenta millones de italianos van este domingo a las urnas para votar un referéndum que nadie entiende.

Quince días después de las elecciones europeas, el Gobierno somete a la voluntad popular el cambio de la ley electoral que proporcionaría la creación de dos grandes bloques en las cámaras facilitando la evaporación de los pequeños como gotas que escapan de la cazuela.

Los colegios electorales italianos son una suerte de lugar de encuentro periódico entre amigos.

Este país, con más de media docena de elecciones anuales, se mueve con la abulia del ayuno del voto en esta ocasión.

Para que el referéndum tenga validez, debe superarse el quórum, es decir más de la mitad de los electores han de acudir a expresar su opinión.

Se antoja muy difícil cuando casi nadie les ha explicado qué es lo que tienen que decidir.

Además, es un referéndum retorcido porque, el votante tiene que decidir si quiere los cambios para la Cámara, para el Senado y si es partidario de que un mismo candidato se presente por más de una circunscripción. Tres preguntas para hacer más enrevesada la cita.

Las urnas abren hasta mañana a las tres de la tarde pero se han puesto todos los mimbres para que este cesto quede vacío y la consulta no tenga ningún efecto.