Bolivia se rinde al sol de los aimaras
Varios miles de personas han celebrado en las ruinas de Tiwanaku, cerca de La Paz, el solsticio de invierno, Año Nuevo para los aimaras.
El ritual, dirigido por chamanes, ha sido seguido por numerosos políticos y turistas que han recogido con los brazos extendidos los primeros rayos que se han colado por la Puerta del Sol de este recinto que albergó una civilización más duradera que la de los incas.
El presidente Evo Morales, que es aimara, no ha asistido pero ha sido un fuerte defensor de esta tradición que la nueva Constitución ha consagrado como festivo nacional.