Irán expulsa a dos diplomáticos de Reino Unido, que responde con la misma moneda
- Brown ha informado de la expulsión de los diplomáticos británicos
- En respuesta, Reino Unido ha expulsado a dos diplomáticos iraníes
- El primer ministro británico denuncia los "argumentos sin fundamento" de Irán
- Estudiantes "Basij" han protestadi frente a la embajada británica en Teherán
Irán ha expulsado del país a dos diplomáticos del Reino Unido, que ha respondido con la misma moneda y ha expulsado a otros dos diplomáticos iraníes.
El primer ministro británico, Gordon Brown, ha explicado que ha tomado la decisión de expulsar a dos diplomáticos de la embajada de Irán en Londres después de que otros dos diplomáticos británicos hayan sido invitados por las autoridades iraníes a abandonar el país asiático.
"Irán dio ayer el injustificado paso de expulsar a dos diplomáticos británicos con argumentos absolutamente sin fundamento", ha afirmado Brown en el Parlamento.
"En respuesta a esa acción, informamos al embajador iraní de que hoy expulsaríamos a dos diplomáticos iraníes de su embajada en Londres. Estoy decepcionado por el hecho de que Irán nos haya puesto en esa situación", ha dicho el primer ministro británico.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, acusó a Estados Unidos y Reino Unido de interferir en los asuntos internos del país tras las elecciones presidenciales, que la oposición considera fraudulentas y han generado protestas que han dejado 17 muertos.
Estudiantes "Basij" protestan frente a la embajada británica en Teherán
Por su parte, un grupo de estudiantes miembros de las milicias islámicas "Basij" se concentraron ante la embajada británica en Teherán, pese a la prohibición del Ministerio de Interior.
Según la televisión pública iraní, los estudiantes, que coreaban consignas en contra de EEUU, Gran Bretaña e Israel, exigieron el cierre de la sede diplomática que según los "Basij" es responsable de los disturbios y de las manifestaciones.
Los congregados arrojaron tomates y bolas de tinta contra el edificio de la embajada británica, en el centro de Teherán, entre gritos de Alahu Akbar (Dios es grande) y la profesión de fe musulmana "no hay otro Dios que Alah".
Al término de la manifestación, un clérigo ofreció un discurso en el que acusó a Londres de haber iniciado "su conspiración" dos meses antes de las elecciones para desalentar al pueblo iraní.