ETA reconvierte su asamblea en reuniones virtuales
- La última asamblea de ETA ha durado tres años
- Los cónclaves físicos han dado paso al intercambio de emails y mensajes
- Las conclusiones sitúan a la ETA más beligerante ideológicamente de la historia
La banda terrorista ETA ha tardado tres años en definir las líneas maestras de actuación para los próximos cuatro. Las conclusiones a las que ha tenido acceso TVE sitúan a la organización en un punto de no retorno.
Las asambleas de la organización terrorista han cambiado considerablemente de formato desde sus orígenes. Atrás quedan los procesos asamblearios multitudinarios que se celebraban en bordas, lugares de refugio para ganado, caseríos o alguna que otra iglesia del goiherri guipuzcoano o en el sur de Francia.
En los tiempos de máxima actividad de ETA los cónclaves se desarrollaban a lo largo de dos o tres días. Era tiempo suficiente para llegar a las conclusiones, que se aprobaban a mano alzada.
Un cónclave virtual
La asamblea recién finalizada ha tenido poco de cónclave y mucho de virtual. Movilizarse en medio de una fuerte presión policial tanto en España como en Francia para reunirse en un punto físico se ha convertido en tarea imposible. A eso hay que unir que 737 de sus militantes se encuentran repartidos por 102 cárceles.
ETA ha tardado tres años en recoger las aportaciones de su militancia a cinco grandes cuestiones planteadas por el cuadro dirigente. Entre los puntos a debatir había uno clave, la utilización de la violencia.
Las aportaciones de los militantes encuadrados en la estructura clandestina se han recogido vía correo electrónico, mientras que los presos hacían llegar sus aportaciones a través de los visitantes a las cárceles.
Dinamizadores
En cada cárcel hay un dinamizador que se encarga de pasar la información al resto de presos y de elaborar las conclusiones de su grupo. Esta persona goza de especial confianza de la dirección de ETA y se encarga de encarrilar las opiniones.
Pero cada vez son mayores las dificultades para hacer llegar estos mensajes hasta la dirección etarra. La cada vez menor capacidad logística de la banda terrorista y la gran dificultad para sortear las medidas de seguridad de las cárceles han sido la principal causa de demora de la asamblea.
También han participado de forma activa los etarras extraditados en terceros países.
Control de la línea ideológica
La línea dura de la banda terrorista ha conseguido imponer sus criterios fiscalizando de forma férrea el proceso de aportaciones de los críticos.
Los mecanismos están controlados para evitar el desmarque ideológico. Cuestionar la violencia o la estrategia de la dirección a través de los dinamizadores de las cárceles o del correo electrónico implica aceptar quedar marcado.
Los críticos con la actual dirección de ETA han quedado tras la asamblea con una mínima capacidad de maniobra y de influencia.
Este proceso, de escasa democracia interna, nos sitúa a la ETA ideológicamente más beligerante y militarmente más debilitada de la historia.