'Judith y Holofernes', obra maestra de Artemisia Gentileschi, llega al Thyssen
- El Museo Thyssen retoma este verano su programa de intercambios
- La obra procede del Museo Nazionale di Capodimonte de Nápoles (Italia)
- Ilustra un pasaje del Antiguo Testamento, cuando Judit decapita al general asirio Holofernes
El Museo Thyssen exhibirá hasta el 2 de agosto el cuadro Judith y Holofernes de Artemisia Gentileschi, una de las artistas italianas más famosas de la primera mitad del siglo XVII.
El lienzo, realizado entre 1612-1613 y una de las obras más importantes de la artista, llega con el patocinio de Enel y la colaboración de la embajada de Italia y ediciones Alfabia, que presentará este martes en el Thyssen la biografía novelada de Artemisia, escrita por la autora francesa Anna Banti y traducida por la eurodiputada Carmen Romero.
El Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid retoma así este verano su programa de intercambios con una obra de la pintora italiana.
Procedente del Museo Nazionale di Capodimonte de Nápoles(Italia), el cuadro se ha instalado junto a los lienzos del barroco italiano que forman parte de la Colección Permanente del Museo, en la Galería Villahermosa.
Plasmar mujeres heroicas
Artemisia Gentileschi (Roma, 1593 - Nápoles, 1652/53) se inició en la pintura gracias a su padre, el también pintor Orazio Gentileschi, y desarrolló un estilo propio, marcado por la precisión de los detalles y la calidad de la materia.
La obra expuesta ahora en el Museo Thyssen-Bornemisza se ha fechado en su etapa de juventud, hacia 1612-1613, una época turbulenta que marcó el resto de su vida. Artemisia se valió entonces de la pintura para plasmar sus emociones y sentimientos, representando heroicas mujeres, como la Judit de este lienzo, con solidez y fortaleza.
Judit y Holofernes ilustra un pasaje del Antiguo Testamento, Judit 13,7-8, en el momento de mayor crueldad y dramatismo de la historia, cuando Judit, con firmeza y determinación, hunde en la garganta del general asirio Holofernes la hoja de su propia espada.
Artemisia, además, refuerza la violenta acción sin escatimar referencias, como la sábana ensangrentada o la mirada agónica del asirio.