Ban Ki-moon exige a la junta militar birmana que le permita entrevistarse con San Suu Kyi
- Aung San Suu Kyi está pendiente de un juicio por violar el arresto domiciliario
- Ha sido "inculpada" por recibir una visita en su casa
- Ha pasado los seis últimos años bajo arresto domiciliario
- La Nobel de la Paz ganó las elecciones en 1990, aunque el régimen no lo aceptó
- Desde ese momento, ha sido víctima de la represión política de la junta militar
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El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha afirmado que ha demandado a la junta militar que gobierna Birmania su intención de entrevistarse con la líder opositora Aung San Suu Kyi, al tiempo que ha exigido la liberación de todos los presos políticos del país.
Ban Ki-moon ha viajado al país tras ser invitado por el Gobierno del país, para lo que él mismo ha llamado la "dura misión" de promover reformas democráticas.
Se ha reunido con el líder del país, Than Shwe, al que ha agradecido la invitación. "Estoy feliz de estar aquí y de ver que tienes buena salud como la última vez que te vi".
Sin embargo, tras los saludos de cortesía, el secretario general de la ONU ha exigido una entrevista con la líder opositora San Suu Kyi, retenida en su casa con el pretexto de haber violado su arresto domiciliario al recibir a un ciudadano estadounidense.
Ban ha asumido el desafío de presionar a la junta para que las próximas elecciones generales del próximo año sean transparentes y garanticen la libre concurrencia de todas las formaciones políticas.
El calvario de Suu Kyi
Sus abogados han denunciado que la junta militar ha utilizado las acusaciones para disuadirla de que se presente a las elecciones generales del próximo año.
"Daw Aung San Suu Kyi nos ha contado que el juicio y los cargos presentados contra ella tienen una motivación política", según ha afirmado su abogado, Nyan Win, después de que le permitieran visitar a la prisionera en su cautiverio. "Ella nos ha pedido que investiguemos todos los cauces legales para adoptar las medidas legales apropiadas".
De momento, el juicio ha sido suspendido por un defecto de forma, aunque, de celebrarse y se condenada, se enfrenta a una pena que va de los tres a los cinco años de prisión.
Grandes apuestas
Ban Ki-moon corre el riesgo de no conseguir ninguno de sus objetivos en Birmania. Cuando se encuentra en el ecuador de su mandato de cinco años, son muchas las voces críticas que le achacan poca eficacia en sus iniciativas, mientras él se muestra decidido a demostrar lo contrario, según informan fuentes diplomáticas de Naciones Unidas.
Ban ha dejado claro que no se hace ilusiones por lo difícil que puede ser que la junta birmana libere a los presos políticos y adopte medidas concretas para devolver la democracia al país.
Ha confirmado que lo hará lo mejor posible pero es consciente de que su visita no será un punto de inflexión en el tortuoso camino del país hacia la normalización democrática.