"Recogidicos" en la calle

"Pamplona seis de julio, bullicio y alegría, ya están los pamplonicas, ansiosos de gozar. Con faja, pañuelico, la bota de clarete, con el primer cohete, la juerga va a empezar". Así reza parte himno de la peña Oberena, compuesto por el Maestro Turrillas, autor de la banda sonora de estas fiestas populares donde locales y foráneos se unen por las ganas de pasarlo bien y el archiconocido uniforme.

Y no hay mejor definición que el localismo 'recogidicos' en la calle para explicar esa realidad, y es que es una fiesta permeable que se vive íntegramente al aire libre y aglutina a todo aquel que se zambulla en la bailarina marea rojiblanca, que al son de jotas, zortzikos y pasodobles recorre una Pamplona otrora ciudad ordenada y contenida.

Un estallido en compás de cinco por ocho, peñas y 'charangas' que se apoderan de calles y plazas con sus trombones y bombos; la queridísima y siempre elegante Banda de Música La Pamplonesa, en la procesión y las dianas; los txistus y dulzainas que hacen girar a la comparsa de gigantes y cabezudos para deleite de los más pequeños; la música de la Plaza de Toros, la oficial y la oficiosa y las verbenas nocturnas que se entremezclan con aquella que sale de los bares; una amalgama, en fin, de sonidos que se cuela por todos y cada uno de los rincones de la ciudad que Turrillas bautizó en un pasodoble como la "Perla del Norte".

Ya lo dice la canción, "cositas tiene Pamplona, que no las tiene Madrid, unas chicas como soles y el famoso txakolí, y lo mejor de este mundo, las fiestas de San Fermín" (Himno Peña Anaitasuna). El desconsuelo de los irushemes ausentes sólo puede ser paliado -en parte- por el lujo de ver el encierro en La Primera deleitándonos con los comentarios de Javier Solano. ¡Qué chirrinta! ¡Viva San Fermín!