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El Ayuntamiento de Errenteria pide a los vecinos "calma" tras los ataques racistas

  • En la localidad se producen manifestaciones tras la violación de una vecina
  • Los vecinos se manifiestan frente a comercios de inmigrantes
  • SOS Racismo pide que no se acuse a una "comunidad entera"

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El Ayuntamiento de la localidad guipuzcoana de Errenteria ha pedido a los vecinos "calma" y "sentido común" y que no "caigan en injustas generalizaciones" hacia los inmigrantes, a raíz de las concentraciones vecinales diarias que se están celebrando desde que una mujer sufrió una violación, según declaraciones recogidas por la agencia EFE.

Los vecinos han convocado una manifestación en repulsa por la agresión, que se produjo en la madrugada del pasado dos de julio, cometida por individuos; uno de ellos es un menor magrebí con muchos antecedentes por robos y agresiones.

Por su parte, SOS Racismo de Guipúzcoa ha denunciado a Rtve.es que en las concentraciones se producen ante comercios de la numerosa comunidad magrebí de la localidad, en las que unos doscientos vecinos del barrio profieren gritos racistas.

Preocupación por las manifestaciones

Un portavoz de la ONG, Gerardo Carreres, ha afirmado sentirse "muy preocupado" por esta actitud porque "acusa al conjunto de población magrebí, y no se puede acusar a una comunidad entera".

Algunos manifestantes gritan contra los inmigrantes "¡fuera, fuera!" e "iros a vuestro puto país", según denuncia la asociación, en especial contra los magrebíes que residen en el barrio de Iztieta.

El asesor del alcalde de Errentería, Aitor González, ha replicado que "no es una crisis de inmigración, sino de seguridad ciudadana", y ha destacado que en el barrio funciona desde hace diez años una mezquita.

González apunta a "los menores inmigrantes que montan algaradas e insultan a la gente, lo que ha provocado la histeria colectiva" y ha confirmado que la Consejería de Interior enviará más patrullas de la Ertzaintza para garantizar la seguridad de todos los vecinos y la vuelta a la normalidad.

Sin embargo, el Ayuntamiento recalca en un comunicado que "el problema no está en la inmigración en sí, sino en los comportamientos delictivos de grupos minoritarios de inmigrantes".