El hermano del sacerdote español asesinado en Cuba asegura que los sacerdotes "molestan"
- Agustín Arroyo ha calificado el suceso de "horroroso" y duda que fuera un robo
- Los familiares del sacerdote le habían pedido hace meses "que lo dejara"
- A Mariano Arroyo le faltaba un año y ocho meses para regresar a España
Los familiares de Mariano Arroyo Murillo, el sacerdote cántabro de 74 años asesinado este lunes en el municipio de La Regla, en las afueras de La Habana, le habían pedido hace meses que "lo dejara" y regresara a España, ante los problemas de los curas en Cuba tras la muerte de Eduardo de la Fuente Serrano hace cinco meses.
Pero pese a los avisos y las apelaciones a su edad, "él quería estar ahí" para "hacer el bien", según ha relatado el hermano del sacerdote, el ganadero de la localidad cántabra de Cabezón de la Sal, Agustín Arroyo.
El hermano del fallecido ha asegurado que Mariano ya quedó "muy afectado" después de que el pasado mes de febrero apareciera a las afueras de La Habana el cadáver de Eduardo de la Fuente, sin que hasta la fecha se le conozcan las causas.
"Esto es horroroso" e "increíble", ha asegurado Agustín Arroyo, que desconoce cuándo traerán el cuerpo de su hermano a España. Es algo que está "en manos del Obispado", ha explicado, si bien ha indicado que en el caso del fallecimiento del otro sacerdote, se tardó unos 10 días.
"Se ve que los sacerdotes molestan"
Arroyo cuestiona que su hermano Mariano fuera asesinado por un robo, ya que "para robar no hace falta matar" y ha apuntado que en Cuba "se ve que los sacerdotes molestan". Así, ha explicado que el sacerdote asesinado, que era párroco del Santuario Nacional de Nuestra Señora de La Regla, "tenía un tirón muy fuerte" entre los vecinos y "llegaba muy bien a la gente".
El cuerpo del sacerdote español Mariano Arroyo Murillo, párroco del Santuario Nacional de Nuestra Señora de Regla, apareció apuñalado y quemado en el municipio de Regla, en las afueras de La Habana. Su cadáver fue encontrado por los bomberos alrededor de las 06.10 horas (12.10 hora española), después de que el vigilante nocturno viera salir humo de la parroquia.
El cadáver tenía varias heridas provocadas, al parecer, con un objeto punzante, tenía las manos atadas y algunas partes de su cuerpo quemadas.
España pide a Cuba las "máximas aclaraciones"
España, a través de la Embajada en La Habana, ha pedido información a las autoridades cubanas sobre el presunto asesinato, según fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Exteriores ha solicitado las "máximas aclaraciones" sobre este suceso, y se mantiene en contacto con la familia de Arroyo y con las autoridades eclesiásticas para ayudarlas en los trámites previos a que el cadáver sea trasladado a España una vez practicada la autopsia.
Arroyo Murillo, de 74 años, se encontraba desde hace tres años de misión en la parroquia de Regla y le faltaban aproximadamente un año y 8 meses para regresar a España.
El sacerdote había pasado la mayor parte de su vida en Latinoamérica por pertenecer a la Obra Cooperación Sacerdotal Hispano-Americana (OCSHA). Estuvo 23 años en Chile, donde según su hermano estuvo en una situación "difícil", y llevaba 11 en la isla.
También era licenciado en Teología y Filosofía y director emérito del Instituto de Ciencias Religiosas Padre Félix Varela, de la Archidiócesis de La Habana.