Los restos mortales del sacerdote español asesinado en Cuba ya están en España
- Su cuerpo apareció apuñalado y quemado en Cuba el pasado lunes
- Llegarán por la noche a su pueblo natal Cabezón de la Sal (Cantabria)
- El velatorio y la capilla ardiente se instalarán en la residencia de mayores de Carrejo
Los restos mortales de Mariano Arroyo, el sacerdote cántabro que fue asesinado el pasado lunes en Cuba, se encuentran ya en España. En torno a las dos de la tarde, tal y como estaba previsto, el féretro con su cuerpo ha llegado al aeropuerto de Barajas.
La llegada del cuerpo de Mariano Arroyo a su pueblo, Cabezón de la Sal (Cantabria), está prevista esta noche. El transporte se hará en un furgón que irá directamente a esta localidad, según el párroco de la iglesia de San Martín, Pedro María Salvador.
El velatorio del sacerdote de Cabezón de la Sal se instalará en la residencia de mayores de Carrejo, el mismo lugar donde se habilitará la capilla ardiente, que no se abrirá oficialmente hasta mañana a las 10.00 horas.
Su funeral se oficiará en su localidad natal a las cinco de la cinco de la tarde del domingo, en la iglesia parroquial de San Martín, presidido por el obispo de Santander, Vicente Jiménez.
También se espera que acuda una representación del Arzobispado de Madrid, ya que el cántabro era sacerdote diocesano de la misma.
Arroyo fue encontrado muerto el pasado lunes, apuñalado y quemado, en una de las habitaciones de la iglesia de Nuestra Señora de Regla, en Cuba, de la cual era párroco. Es el segundo sacerdote español que muere en Cuba en lo que va de año.
Actualmente hay 180 misioneros cántabros repartidos por el mundo, y en Cuba hay tres diocesanos dependientes del Obispado de Santander.
Teayectoria religiosa
Mariano Arroyo nació en 1935 en la localidad cántabra de Cabezón de la Sal, y fue ordenado sacerdote en 1960, en Comillas.
De 1962 a 1968 fue misionero en Santiago de Chile. En 1969 se trasladó a Madrid, donde trabajó en la parroquia de María Mediadora hasta 1979, fecha en la que regresó a Chile. En 1983 pidió y le fue concedida la incardinación en la archidiócesis de Madrid.
Su trabajo de misionero en América Latina lo ha desarrollado a través de la OCSHA. Tanto en sus estancias en Chile como en la diócesis de San Cristóbal de la Habana (Cuba), siempre estuvo integrado en los respectivos presbiterios diocesanos.
En Cuba, en el año 1998, fue asignado párroco de Nuestra Señora del Pilar, y en diciembre de 2004, rector y párroco del Santuario Nacional de Nuestra Señora de Regla, donde permaneció hasta su muerte.
Asimismo, en La Habana fue asesor del Movimiento de Trabajadores Cristianos, y director del Instituto de ciencias religiosas 'Padre Félix Varela'. También formó parte del Consejo Nacional de Misiones.