Cruce de amenazas durante la vuelta de Zelaya
- Zelaya inicia en Managua su viaje hacia la frontera con Honduras
- Micheletti amplía el toque de queda tras el anuncio de su rival
- Policía y Ejército realizan rigurosos registros en las carreteras
- Los militares no se responsabilizan de la seguridad del presidente
- Zelaya pide a los militares que dejen sus armas y no impidan su regreso
El depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya ha partido este jueves desde la Embajada de Honduras en Managua hacia Estelí, 149 kilómetros al norte de Managua, desde donde viajará a la frontera hondureña para preparar el retorno a su país.
La salida de Zelaya de la sede diplomática rumbo al norte de Nicaragua se produjo a las 16.15 hora local (00.15 en la España peninsular), en una caravana de automóviles en la que viajan periodistas que cubren el recorrido del mandatario derrocado.
El nuevo Gobierno de Honduras que preside Roberto Micheletti ha adelantado la hora del toque de queda en la frontera con Nicaragua, ante el anuncio del depuesto presidente, que llegará el sábado o domingo al país.
En cadena nacional de radio y televisión, la administración de Micheletti, que asumió el 28 de junio pasado por designación del Parlamento, ha anunciado que el toque de queda en la frontera con Nicaragua comienza a las 18.00 hora local (2.00 en España) y finaliza a las 06.00 de mañana (14.00).
En el resto del país, según el anuncio oficial, el toque de queda se mantiene de las 00.00 a las 04.30 horas (08.00 a 12.30 en España) del viernes.
Las Fuerzas Armadas de Honduras han advertido de que no se responsabilizan de la seguridad de Zelaya. "No podemos responsabilizarnos por la seguridad de personas que, por fomentar la violencia generalizada en el país, están sujetos a ser atacados, inclusive por sus mismos partidarios, con el exclusivo propósito de constituirlos en mártires", señala un comunicado del Ministerio de Defensa, del que dependen las Fuerzas Armadas.
"Si a mí me pasa algo en el camino a Honduras, ante el mundo (...) el responsable de mi asesinato y de mi muerte será el general Romeo Vásquez" afirmaba por su parte el presidente Zelaya el pasado martes.
El presidente depuesto ha pedido a las fuerzas militares hondureñas que no impidan su retorno al país, que rindan sus armas y que se sometan a su autoridad. La realidad es distinta, pues la Policía y el Ejército están haciendo "registros minuciosos" de las personas que viajan a la frontera con Nicaragua en cualquier tipo de vehículos.
Para Zelaya, los cargos que le imputa el Gobierno del nuevo mandatario hondureño, Roberto Micheletti, no tienen fundamento y carecen de credibilidad.
Zelaya, ha asegurado este jueves en una entrevista con Radio Nacional que la negociación con el Gobierno interino que asumió el poder tras el golpe de Estado está "prácticamente al borde, al límite", y aunque no ha cerrado la puerta al diálogo, ha instado a la comunidad internacional a elevar la presión sobre los golpistas: "El diálogo siempre tiene que estar abierto, pero no con terroristas", ha señalado.
En su viaje, Zelaya va acompañado por el ex guerrillero Edén Pastora, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, y un grupo de compatriotas suyos que residen en departamentos nicaragüenses fronterizos con Nicaragua.