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Una mujer británica con esclerosis da un paso decisivo para aclarar la ley del suicidio asistido

  • Debbie Purdy consigue que los Lores permitan a su marido ayudarla a suicidarse
  • Piensa viajar a Suiza para acabar con su vida y quiere que él le acompañe
  • La ley británica prevé hasta 14 años de cárcel para los que colaboren en un suicidio
  • Los Lores le garantizan que su marido no será perseguido judicialmente

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Debbie Purdy, junto a su marido a la entrada de la Cámara de los Lores, en Londres.
Debbie Purdy, junto a su marido a la entrada de la Cámara de los Lores, en Londres.

Una mujer británica con esclerosis múltiple que quiere acabar con su vida en Suiza ha logrado una importante victoria judicial que podría cambiar la ley del suicidio asistido al lograr garantías de la Cámara de los Lores de que su marido no será perseguido judicialmente cuando vuelva a su país tras cumplir su única voluntad, según informa la BBC.

Debbie Purdy, de 46 años, no había logrado que ni el Tribunal Supremo ni la Corte de Apelaciones le diesen garantía alguna de que su marido, Omar Puente, no se enfrentaría a hasta 14 años de cárcel, la pena que se le impone a las personas que asisten el suicidio de otras según la ley británica.

Ahora la Cámara de los Lores es probable que pida a las autoridades que expongan las medidas que podrían tomar en el caso de que Puente ayudase a su mujer a morir en Suiza.

Purdy fue diagnosticada con esclerosis múltiple en marzo de 1995. Ya no puede caminar y está perdiendo gradualmente la fuerza de su tronco superior.

Suicidio en Suiza

Por este motivo, se ha planteado viajar a Suiza para tomar una dosis letal de barbitúricos prescritos por la controvertida organización Dignitas.

Más de 100 ciudadanos británicos han acudido hasta ahora a esta organización y ninguno de sus familiares se enfrentaron a ninguna denuncia judicial al volver a Reino Unido.

Sin embargo, las razones por las cuales las autoridades no tomaron acciones legales contra ellas nunca han quedado claras.

Esta enferma de esclerosis múltiple, que quiere que su marido le acompañe en la hora de su muerte, quería tener la garantía judicial de que no se enfrentaría a la cárcel, pese a que los precedentes demuestran que el riesgo es relativamente bajo.

En 2001 Dianne Pretty, que padecía una enfermedad motora, fracasó en lograr inmunidad para su marido, que le ayudó a morir en Reino Unido.