Un estudio confirma que el picor no es una forma de dolor
- La picazón había sido considerada como una variante concreta del dolor
- Un equipo de la Universidad de Washington demuestra que activan neuronas distintas
- El trabajo, basado en una investigación con ratones, ha sido publicado en Science
Un grupo de científicos de Estados Unidos ha puesto fin al debate sobre si el picor es sólo una forma de dolor y ha establecido que son sensaciones que se procesan de forma diferente en el cerebro, al localizar con precisión, en ratones, el grupo de neuronas que responden al estímulo de la picazón.
Este descubrimiento puede ayudar a resolver una duda que desde hace tiempo alberga la neurociencia: saber si el sistema nervioso procesa de la misma manera la sensación de dolor y la de picor, según un artículo publicado por Science.
"Picor y dolor son dos sensaciones diferentes", concluye el estudio, aunque durante tiempo el primero fue considerado como una modalidad del dolor, pues ambas sensaciones tienen muchas similitudes, según el equipo de científicos de la Universidad de Washington responsable de la investigación.
La duda giraba en torno a si la picazón es sólo un tipo de dolor o si, por el contrario, existen caminos neuronales diferentes para picor, dolor y otras sensaciones, pero ahora, el nuevo estudio debería dar carpetazo a este debate.
Neuronas distintas
Los investigadores ya habían determinado con anterioridad que un receptor neuronal llamado GRPR desempeña una función en la sensación de picor, pero no en la del dolor. El experimento consistió en la ablación selectiva en ratones de una parte de las neuronas que señalan la sensación de picazón y comprobar si ello alteraba el comportamiento frente al dolor.
Los científicos probaron que los ratones cuya médula espinal carecía de neuronas con receptores GRPR mostraban una importante reducción (hasta el 77%) de su necesidad de rascarse, ante un picor inducido, frente al comportamiento de un roedor "normal", que mostraba una "vigorosa respuesta" frente a la misma picazón.
Sin embargo, los ratones manipulados mantenían la capacidad de sentir dolor de la misma manera que aquellos congéneres sobre los que no se había intervenido.