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Obama afirma que su gobierno ha salvado a la economía de la "catástrofe"

  • El presidente de EE.UU. ha analizado la situación tras los buenos datos de empleo
  • Así, ha comentado que "lo peor" de la crisis económica "podría haber pasado"
  • Con todo, ha dicho que no habrá una "verdadera recuperación" hasta que no suba el empleo

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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha afirmado este viernes que su administración ha salvado a la economía estadounidense de la "catástrofe" y ha estimado que "lo peor" de la crisis económica "podría haber pasado", en una declaración realizada tras conocerse las cifras del paro de julio, que reflejan el primer descenso desde abril de 2008.

El mandatario ha celebrado esos datos, que muestran un ligero descenso en la tasa de desempleo en el país en contra de las previsiones de los analistas. El Departamento de Trabajo ha informado de que el desempleo se ha situado en el 9,4% en julio, por debajo del 9,5 por ciento de junio.

Aun así, Obama ha afirmado que queda mucho trabajo por hacer y ha insistido en que no habrá una "verdadera recuperación" hasta que no aumente el empleo. En este sentido, ha prometido que no descansará hasta que "cada estadounidense que busca trabajo pueda encontrarlo".

Relanzar la economía tras la crisis

En cualquier caso, el presidente ha asegurado en la Casa Blanca que el país avanza finalmente "en la dirección correcta". "Tenemos que subir una montaña muy empinada y empezamos en un valle muy hondo", ha comentado Obama, que ha aprovechado para defender el plan de recuperación económica de 787.000 millones de dólares aprobado por su administración.

El plan, ha recordado, tiene tres grandes líneas de actuación, a saber, facilitar el alivio fiscal, ayudar a los estadounidenses que se han quedado desempleados e impulsar las inversiones en infraestructuras, energías renovables y otros sectores.

"Empezamos a poner fin a esta recesión y tenemos que empezar a pensar en lo siguiente", ha recalcado Obama, señalando que la mejora de la educación, la reforma sanitaria y las energías renovables serán los próximos desafíos de la economía estadounidense.