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"Bienvenido a casa, bienvenido a Alcatraz"

  • Alcatraz cumple 75 años desde que, en 1934, fuera puesta en funcionamiento
  • Por ella pasaron 1572 presos, entre los que se encontraba Al Capone
  • Grandes medidas de seguridad y una férrea disciplina fueron sus marcas de identidad

Por
Cárcel de Alcatraz
La cárcel de Alcatraz se construyó para albergar, durante sus 29 años de existencia, a los presos más peligrosos de todo Estados Unidos

"Durante casi 10 años, fui recogiendo prendas en la lavandería. El 31 de julio, había conseguido un auténtico uniforme de sargento, por lo que me colé en uno de los barcos del Ejército a través de la escotilla. En un lugar apartado del barco, intentaba disimular tomando notas en un cuaderno para no volver a aquel agujero que llamaban Alcatraz.

Allí llevaba una década desde que me trasladaran de Oregón. A partir de ahí, el silencio, el juicio, la condena y el infierno".

Así contaba su huída de la cárcel de Alcatraz John Gilles, uno de los

1572 presos que pasaron por la famosa prisión, que cumple este 11 de agosto 75 años desde que, en 1934, acogiera al primer preso entre sus puertas.

La historia de la isla se remonta a 1858, cuando el ejército de Estados Unidos fortificó la misma colocando diversos cañones durante la Guerra Civil que el país estaba viviendo.

Tras el conflicto, la isla quedó abandonada, hasta que en 1933 el Departamento de Justicia de Estados Unidos la adquirió, convirtiéndo su espacio en la prisión de Alcatraz.

El lugar acogería durante sus 29 años a los presos más conflictivos de aquellos primeros años del siglo XX, cuando las mafias y los asesinatos a sueldo se convirtieron en una justificación de la necesidad que sufría el país.

La cárcel se construyó con fuertes medidas de seguridad, una fortificación casi infranqueable que hacía más difícil la fuga de todos los presos que pasaban por ella.

Botes lacrimógenos fueron colocados en los techos de las zonas comunes, barras de acero irrompibles hacían las veces de ventana en las celdas, y pabellones a pruebas de balas constituían sus paredes.

Los presos eran divididos en distintos pabellones según la gravedad del delito que hubieran cometido.

Los más conflictivos eran trasladados a unas celdas de aislamiento, las llamadas Strip Cell, donde los reclusos tan sólo contaban con un pequeño agujero para aliviar sus necesidades. La luz estaba prohibida en ellas, y la comida se basada en una estricta dieta de pan y agua.

Todos los presos sufrían la Ley del Silencio, ya que no podían cantar o silbar, y el tiempo para la conversación era restringido a cuatro minutos al día.

Aunque la estancia de los presos no solía sobrepasar los ocho años, algunos de ellos no quisieron esperar, y protagonizaron fugas tan famosas como la que llevaron a cabo Frank Morris y John y Clarence Anglin, los cuales, según fuentes oficiales, consiguieron llegar hasta el Pacífico, pero murieron ahogados. Misteriosamente, sus cuerpos nunca fueron encontrados.

Los presos más famosos

Al Capone fue uno de los reclusos más famosos que pasaron por Alcatraz. Tras convertirse en uno de los mafiosos más importantes, pasó su vida entre burdeles cosechando grandes sumas de dinero. Pero el asesinato de un juez hizo que negociara su ingreso en prisión con la policía.

Tras pasar algunos años en Atlanta, fue trasladado a Alcatraz, donde tras cuatro años de reclusión, la sífilis comenzó a manifestarse.

Sus últimos años los pasó en el hospital de la cárcel, donde acabó muriendo a causa de esta enfermedad.

Los últimos años para Alcatraz

El desgaste de su infraestructura por el constante roce del agua salada, la falta de agua potable en la isla y el alto coste que suponía (casi diez dólares por cada preso frente a los tres dólares de cárceles como Atlanta) precipitaron su final.

Poco a poco, los reclusos fueron trasladados a la cárcel de Illinois, donde terminarían de cumplir sus condenas.

Tras la salida del último recluso, Frank Clay Weatherman, la cárcel quedó en desuso, convirtiéndose años después en un destino turístico visitado por miles de personas.

Cada año se visita la isla en un paquete vacacional que incluye una estancia en la prisión, dando la posibilidad de convertirnos en auténticos reclusos por dos días.